Antichamanismo:
Política y neolítico
Una aclaración previa: en el artículo visual anterior hablaba de que el conservadurismo agresivo actual, que tiene como centro de inspiración las figuras de Donald Trump , Steve Banon y su parafernalia ideológica, es la principal manifestación antichamánica . Esto no significa que el opuesto a esta tendencia, es decir gobiernos progresistas y de izquierda, sean favorables al chamanismo; ni que apoyarlos sea una solución a rajatabla. Los estados, los países, las ciudades, forman estructuras en las que el chamanismo no puede crecer ni desarrollarse. Aún un gobierno que apoye el cambio climático, y que levante antiguas posturas chamánicas como el Ubuntu – me refiero a la Colombia actual, con Gustavo Petro y Francia Márquez como presidente y vice – tendrán sus limitaciones que provienen del estado y de la inclusión en las estructuras de poder mundial que lo dominan
La única forma en que el chamanismo puede desarrollarse es con la iniciativa de pequeños grupos de artistas y de aquellos que estén dispuestos a desarrollar una nueva sociedad donde el ser humano en su unión constitutiva con la naturaleza sean los protagonistas. Insisto: comunidades pequeñas formadas por gente que ha recuperado el poder que se transfiriera durante años a la política, la religión, la educación, la sexualidad. Vivirían en comunidades autosustentables, pero las mismas serían el símbolo de la autosuficiencia interior. A su vez, estas comunidades deberían mantener estructuras movibles, tanto en la permanencia de las personas que la hagan funcionar, como en sus sustratos físicos. Aldeas nómadas, en las que haya un movimiento incesante. La fijación en determinadas zonas, produce lo que llamo el renacimiento neolítico: es decir la reproducción de la situación por la cual el hombre abandona su peregrinar constante como recolector y cazador y se asienta en zonas fijas. De aquí surgen los ataques, el miedo, las murallas y las aldeas se convierten en ciudades. Dentro de las mismas el hombre abandona una vida plena y sólo puede llevar una caricatura de existencia.
Postulo una postura política (término cuestionable, que debería ser cambiado) por la cual se aniquila el estado y cualquier forma de poder externo. Se lo devuelve en su totalidad a los individuos, permitiendo que estos lo ejerzan libremente. Este es el objetivo final de lo que postulamos como chamanismo. No una religión, no una postura partidista que apunte a una ideología o a un líder carismático. Pequeños grupos de personas, decidirían libremente acerca de temas como alimentación, cultura, sexualidad, salud, educación, etc. encontrando posturas que convengan adecuadamente a cada uno de los grupos, pudiendo coexistir aunque sean por completo diferentes unas de otras.
La forma de funcionar estas comunidades, será la clandestinidad o la semi clandestinidad, teniendo en cuenta la persecución implacable a la que se han visto sometidos todas las experiencias que tendieron a una modificación del ser humano; a los intentos de cambiar lo establecido acerca de los bienes naturales y la administración de la sexualidad. El antichamanismo se dirige en especial hacia estas formas de acción.
Orígenes del antichamanismo
Lo que llamamos antichamanismo y de lo que dimos algunos ejemplos contemporáneos a vuelo de pájaro, es un fenómeno antiquísimo. Una de las causas la expuse en anteriores trabajos partiendo de la base que un pueblo que sufre una explosión y sobrevive a ella, remodela su cultura de modo de ser la base de un estamento de carácter sacerdotal . A este proceso lo llamo Clericracia: rigidez, en las costumbres, en las creencias, en la moral, oposición a la sexualidad, construcción de murallas físicas y sobretodo persecución al chamanismo. Es lo que ocurriera en Israel con las clases dirigentes que se erigen luego del exilio de Babilonia. Es lo que ocurre con la iglesia cristiana luego de la persecución y muerte de sus fieles; es lo que ocurre con la ciencia contemporánea, que a su vez sufriera persecuciones y muertes por parte de la misma iglesia.
Yendo casi a los orígenes de la humanidad, el antichamanismo tiene su origen en lo que se llama la revolución neolítica, es decir el paso de los hombres como cazadores y recolectores a vivir de la agricultura y asentarse en sitios precisos.
El neolítico implicó detener el mundo. Ese cielo que acompañaba a los pueblos cazadores y recolectores en su nomadismo, ese cielo cambiante, de pronto se convirtió en un cielo fijo, inmóvil, que ya no giraba encima de sus cabezas.
Los rituales que garantizaban la unión con la naturaleza, también se convirtieron en fijos. Las épocas del año, las estaciones se sucedían inevitables y hacían que se forjaran rituales propios de la época que debía llegar.
En tanto el mundo con su dinámica, propio del paleolítico, era seguido por el chamán, etre mundo inmóvil pertenecía a una nueva clase: los sacerdotes, intermediarios entre los hombres y el cielo. Ellos sabían como moverse en esa sucesión de secuencias que se repetían y que exigían de los hombres una misma respuesta.
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