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Sexo Iniciático

 






01 El Aspecto Tenebroso del Sexo.

En varios artículos hice referencia a los dos pilares de la vida espiritual: el sexo y el alimento. El primero   es la base y el elemento constitutivo de todo lo esotérico, mientras que el segundo configura el soporte de todo exoterismo.  En cuanto al erotismo, que es el tema del artículo, incluye desde las“Orgías” que constituyen la expresión de los grandes misterios, hasta las diferentes prácticas de sexualidad, cada una de ellas con un correspondiente correlato de avances espirituales. Glosando la expresión de Évola, se diría que no hay un solo tigre que cabalgue el espíritu, sino que existen tantos tigres como tendencias sexuales individuales; tantos tigres como hombres o mujeres dispersos en el planeta.

La historia de Tamar (Gn 38:11 y ss), sugiere que los hebreos respetaban e incluso adoptaban costumbres cananeas; que consideraban el sexo como vinculado al desarrollo espiritual. En este marco, la prostituta era una suerte de sacerdotisa, y los prostíbulos eran templos. Si bien actualmente se ha producido una degradación de este oficio, degradación que contamina toda la cultura, si seguimos la ruta de la alimentación y el sexo, podremos observar que los mismos constituyen la base del ritual laico, instintivo que se practica en los burdeles. Es decir, una primera etapa preparatoria en la que el sujeto que disfrutará de los placeres proporcionados por las damas bebe, come algo; luego quizá baile [1]  en un salón público. Más tarde se retirará a las habitaciones privadas donde tendrá lugar el encuentro íntimo. Obsérvese que el baile y la alimentación son de dominio público, mientras que el acto sexual forma parte de lo privado.

Tanto la alimentación como el sexo forman sendos Artefactos Míticos Rituales,  que en esta época se muestran vacíos de contenido. La actividad sexual, cuando no se usa para la procreación, se  limita a obtener una descarga vinculada a la ansiedad de la vida moderna. Luego de varios milenios de feroz represión, es normal que en el momento en que las costumbres sexuales sufran una mayor liberalización, nos sintamos atraídos, queramos ejercerlas, pero no sepamos con exactitud para que sirven. Desconocemos el profundo contenido espiritual que en la mayoría de los casos queda latente y no se efectiviza. Esto configura en la actualidad lo que llamo un “sexo castrado”, que, aunque se ejerza con ostentación e intensidad en individuos perfectamente sanos, está desgajado de sus raíces espirituales 

Las consecuencias de esto se derivan de la propia naturaleza del sexo. En otros artículos señalé que el mismo a través de la influencia espiritual que contienen el semen y los fluidos vaginales, es un vehículo para la iniciación a los Grandes Misterios. Esto sería su aspecto luminoso que me ocuparé de desarrollar en la segunda o tercera parte de este artículo. Uno de los sentidos tenebrosos, tanto de la sexualidad como del alimento (su obtención y su consumo), es que quien domine ambas cosas, tendrá a su vez un dominio completo sobre el hombre. Esto tiene significación política, ya que, a través del control de la sexualidad y la alimentación de un pueblo, se lo puede someter por completo.

Hace   varios años que la Iglesia Católica produce  una vasta  literatura acerca de las “sectas”.   Queda claro que las mismas se ocupan de manipular ambos pilares – la alimentación y el sexo - para someter a sus miembros.  Casi siempre se dispone de la administración de la comida, y en cuanto al sexo, la dominación se establece por el desequilibrio, es decir la excesiva represión o el desenfreno. Un sexo ansioso, compulsivo o una brutal represión que lleva a algunos grupos como el Hare Krishna a restringirlo por completo. En el otro extremo, los llamados “Niños de Dios”, practican una política de desenfreno.

En cuanto a la propia Iglesia, es de destacar, aunque sea con brevedad, la figura emblemática de Marcial Maciel, sobre el que volveré en futuros artículos. El mismo fue el fundador de los “Legionarios de Cristo”, organización que en los años cuarenta fuera apadrinada por la España de Franco. En la orden fundada por Maciel, su conductor violó en el curso de muchos años a cientos de jóvenes aspirantes a sacerdotes. Protegido por el Papa Wojtyla, el jefe de la orden murió sin haber sido procesado. La práctica de un sexo brutal al que acompañaba una prédica evangélica personalista, tenía como objetivo la dominación lisa y llana de sus discípulos.

En consonancia,  la Iglesia establece el sexo como dominación desde la época de su fundación en el siglo IV, contraviniendo las costumbres que para la época sonaban liberales y que correspondían a los cristianos primitivos, los más cercanos al mensaje de su fundador. Ya desde estos inicios se impuso una férrea represión sexual, que no tenía nada que ver con el cristianismo original 

En un marco iniciático sano, la abstinencia sexual está dirigida a la obtención de determinados objetivos para los que sería necesaria una gran concentración de energía. La concepción del sexo como intrínsecamente malo, es una novedad en la historia, alimentada por un lado por la postura de la clase sacerdotal hebrea, que se habría opuesto en forma terminante a las prácticas cananeas y por el otro a la influencia del helenismo y lo que llamo “el exilio de Psyché”: una patología mítica por la cual el alma se emancipa de la sangre y se convierte en un tenue soplo que es exhalado en el último instante de la vida. Esta concepción trae aparejada la creencia en un mundo trascendente, de carácter puramente espiritual, fuertemente jerarquizado, donde iría a parar esta alma convertida en puro soplo. 

El tercer elemento que configura la represión cristiana de la sexualidad es el poder. Es evidente que Constantino, fue muy lúcido en cuanto a los cambios que se estaban produciendo y la necesidad de que Roma perdurara  más allá de  la forma externa que había tenido hasta el momento. Aquello que le permitiría dominar a las nuevas poblaciones formadas por oleadas de bárbaros era la devoción popular, la administración de la comida por parte de la iglesia y especialmente, la represión sexual.

Es necesaria una historia mítica de la sexualidad universal, de la cual lo ocurrido con el cristianismo sea tan sólo un capítulo. Me he detenido en este aspecto de la historia del sexo  en occidente, porque lo ocurrido aquí a través de las iglesias cristianas, tiene una relación directa con lo que ocurre ahora con nuestras respectivas libidos. Esta represión indiscriminada, que sólo admite la sexualidad masculina  dentro del matrimonio y dirigida únicamente a la procreación, es lo opuesto del sexo iniciático.

Más adelante retomaré el tema de la sexualidad y el cristianismo a través del análisis somero de un libro que se menciona mucho, pero son pocos los que lo leen: el Malleus Maleficarum, de Spengler y Kramer. El mismo, que sirviera como manual para la quema de brujas en Europa, contiene una interpretación mítica de la sexualidad. La misma se halla deformada adrede, y representa la posición oficial de la Iglesia sobre el tema. Aprobada explícitamente por el Papa De Seje (Inocencio III), ninguna bula o declaración jerárquica  desmintió a partir de entonces  el contenido del volumen.

Baste agregar que hay una similitud en esta actitud de represión total y absoluta a cualquier manifestación sexual, con la que ha existido en la historia en civilizaciones sometidas a dioses unilateralmente solares, como fuera el caso de los Incas, del Shinto en Japón, o del Budismo Theravada. En todos los casos, junto a un predominio absoluto de la casta guerrera, y un desprecio de la vida en pro de una divinidad absoluta, se privilegia la castidad.
En cuanto a la sexualidad en occidente, y en particular dentro del cristianismo, me remito al libro de Karlheinz Deschner. El lector que quiera profundizar en el tema, puede obtenerlo en el siguiente enlace:

Karlheinz Deschner – Historia Sexual del Cristianismo.
https://drive.google.com/file/d/0Bwuuy5Bl8azfTG5KNkU3R01vbWM/view?usp=sharing

El mismo   es  una investigación completa acerca de los detalles de la conducta,  las actividades sexuales y el poder ejercido sobre la libido de los hombres por  la iglesia. Incluyo el índice:

Índice del libro – Historia Sexual del Cristianismo.
PRÓLOGO.
Capítulo 1. LA DIOSA MADRE.
Capítulo 2. IL SANTO MEMBRO.
Capítulo 3. RELACIONES SEXUALES RITUALES.
Capítulo 4. CASTIDAD CÚLTICA Y DESPRECIO A LA MUJER EN EL JUDAÍSMO MONOTEÍSTA.
Capítulo 5. EL ASCETISMO EN LOS CULTOS MISTÉRICOS DEL MUNDO HELENÍSTICO.
Capítulo 6. JESÚS.
Capítulo 7. PABLO.
Capítulo 8. EL ORIGEN DE LAS ÓRDENES REGULARES.
Capítulo 9. EL ASCETISMO CRISTIANO EN LA ANTIGÜEDAD.
Capítulo 10. LA CASTIDAD EN LA EDAD MEDIA Y MODERNA.
Capítulo 11. LOS MÍSTICOS AMOR MARIANO Y EROTISMO CRÍSTICO.
Capítulo 12. DE LA CRONIQUE SCANDALEUSE DE LOS MONJES.
Capítulo 13. LAS MONJAS.
Capítulo 14. LA DIFUSIÓN DEL MATRIMONIO DE LOS SACERDOTES.
Capítulo 15. LAS RAZONES DEL CELIBATO.
Capítulo 16. LA SUPRESIÓN DEL MATRIMONIO DE LOS SACERDOTES.
Capítulo 17. LA MORAL DEL CELIBATO.
Capítulo 18. LA DIFAMACIÓN DE LA MUJER.
Capítulo 19. LA OPRESIÓN DE LA MUJER.
Capítulo 20. EL MATRIMONIO.
Capítulo 21. LA PROHIBICIÓN DE LOS MEDIOS ANTICONCEPTIVOS.
Capítulo 22. LA PROHIBICIÓN DEL ABORTO.
Capítulo 23. EL PECADO ORIGINAL.
Capítulo 24. ONANISMO, HOMOSEXUALIDAD, RELACIONES CON ANIMALES Y CON PARIENTES.
Capítulo 25. ALGUNOS DETALLES DE MORAL TEOLÓGICA O <<.ESTE ESCABROSO TEMA>>.
Capítulo 26. ORIENTACIÓN SEXUAL CRISTIANA O “IGNOTI NULLA CUPIDO”.
Capítulo 27. SOBRE LA DESVERGÜENZA DE LA MODA, EL BAILE Y EL BAÑO (SIN ROPA).
Capítulo 28. SOBRE LA PRAXIS DE LA MORAL SEXUAL.
Capítulo 29. EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
Capítulo 30. DEL ASESINATO DEL PLACER AL PLACER DEL ASESINATO.
LA RELACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA CON LA SEXUALIDAD A TRAVÉS DEL TIEMPO.
NOTAS.
BIBLIOGRAFÍA.477



02 Sexualidad sincrónica y diacrónica

 La introducción al artículo,  en la que acentúo el sentido tenebroso de la sexualidad, apunta a ubicarnos en el aquí y ahora de la libido del occidental y en parte del oriental, teniendo en cuenta que el mismo, a pesar de estar inmerso en una tradición distinta, se halla influido por las características de la época, la cultura de masas y la sociedad de consumo.

El resultado es una sexualidad limitada, donde el principal objetivo es la reproducción. Es decir, aún en la ciencia actual, heredera de la Ilustración y de una aparente reacción contra la cultura eclesiástica, se ha considerado la reproducción como la pieza clave, como el criterio para definir el  erotismo.

La primera distinción que haré será entre el sexo sincrónico y el diacrónico. Explicaré brevemente los términos y la forma en que los utilizo. Ambos pueden referirse a una misma realidad, sólo que el primero se refiere a ese ámbito  en el interior del hombre, mientras que el segundo apunta al aspecto exterior. La diacronía contiene la historia. Se brinda al tiempo un sustrato real y permite describir la evolución de cierto contenido, ya sea en el plano de una cultura o de una individualidad. Una biografía, por ejemplo, puede considerarse desde el punto de vista diacrónico, estableciendo una crónica que llegue hasta la actualidad, donde se describirán todos los aspectos exteriores del sujeto, sus vínculos, etc. La misma historia personal se acercará a la sincronicidad, cuando se centre en lo interior, cuando el sujeto se aparte de la enumeración de los hechos y exponga la vivencia de los mismos.

Si establecemos un péndulo, en uno de cuyos extremos está la Diacronía y en el otro la Sincronía, podríamos decir que una biografía expuesta desde el punto de vista interior, hará que dicho péndulo se haya movido hacia la sincronicidad. La línea de acercamiento aumentará el área sincrónica, si en algún momento el sujeto convierte la historia en cuestión en una autobiografía y la transforma en  un relato mítico, es decir tomando lo esencial de su existencia vivida y expresándolo en un entramado narrativo de símbolos.

El péndulo en la posición de máxima Diacronía relata una exposición sucesiva de hechos. Si se mueve hasta llegar al punto máximo de la Sincronía, el sujeto podría arribar al Tiempo Cero, es decir esa dimensión previa a todo acontecer que no sólo se encuentra al principio de la historia humana, sino que por su naturaleza de permanecer aislada de cualquier sucesión, atraviesa toda  vida individual en cualquier época.

El conjunto de las actividades humanas muestra esta doble característica de Sincronía y Diacronía, pero si nos referimos al sexo, el mismo se nos exhibe siempre como diacrónico. Es algo que se hace y que tiene inmediatas consecuencias externas.[2] Debe culminar siempre en una unión; siempre requiere de una pareja, y si se trata de sexo solitario, la masturbación reclamará fantasías que apunten a lo externo.

Yendo al tema, si hablamos de sexo iniciático, la primera condición es descubrir la dimensión sincrónica del sexo. El mismo se manifiesta – fugazmente, según impone la cultura -  como característica del despertar sexual. El púber tiene emociones intensas, encontradas. El sexo no adquiere una expresión genital, sino que sacude el cuerpo entero, con ansias extrañas, no siempre referidas a una persona concreta. La familia afirma que el joven “no está maduro” y hay en Argentina una expresión típica que se refiere a esta etapa como “La edad del Pavo”, haciendo alusión a la torpeza de dicha ave. Es la etapa del arte. La creatividad  surge junto a  la sexualidad, como una especie de géiser. En nuestra cultura, el joven tiene dificultades en amoldar esta explosión con los moldes establecidos por la sociedad. Es a esta dimensión de la libido adolescente, caótica, extrema a la que se puede aplicar el siguiente pasaje del Tato Te King:

Oh soledad ¡cuánto tiempo vas a durar?
Todos los hombres se regocijan
como cuando asisten al Gran Sacrificio,
como cuando suben en primavera a las terrazas
Sólo yo estoy indeciso sin que un signo me haya aparecido
como un recién nacido que aún no sabe sonreír,
inquieto y errante como un vagabundo
Todos los hombres tienen en abundancia
sólo yo parezco un desheredado
Mi corazón es como el de un insensato, confuso y sombrío. 
Los hombres vulgares son esclarecidos
yo sólo parezco obtuso
Los hombres vulgares son vivaces y seguros
yo en cambio parezco deprimido
agitado como el océano
arrastrado a la deriva sin cesar.
Todos los hombres tienen algún talento
sólo yo estoy de ocioso como un mendigo.
Sólo yo soy diferente a los demás hombres
porque sólo aprecio el sustento que me viene de la Madre

Resalto la vinculación que hay entre esta libido que despierta y el arte: es la época en la que se escribe poemas y es porque desde el punto de vista mítico, los dioses que nos son proporcionados al nacer ,se manifiestan .

 Recuérdense las Musa, diosas de las artes y de la música, según Homero, que eran invocadas por los aedos. Del mismo modo, para la actividad sexual invocaban a Afrodita. Los griegos se acercaban a una antropología iniciática en la que el yo no era un punto duro, sino que estaba formado por diversas potencias que se manifestaban en el curso de la vida. En este contexto, lo normal sería permitir la expresión de dichas potencias; no frustrarlas en pos de una pretendida madurez que debería culminar en un sexo dividido, con el objeto exclusivo de la procreación. El proceso, si bien está protagonizado por entidades,  no puede llamarse “posesión” al menos en el sentido estricto de una entidad externa que de pronto invadiera el interior. Estamos hablando de entes constitutivos del ser, que conforman el psiquismo. El  proceso normal implica fortalecer al “testigo” según la tradición hinduista, sobre el que está proyectado la noción de “yo” que manejamos habitualmente. Lograr del mismo la suficiente potencia y lucidez como para administrar estas entidades  y que a su vez las mismas se manifiesten con armonía [3] .

Es de destacar que en este etapa en la vida del hombre, la de la pubertad, existe cierta ambigüedad sexual. Las tendencias no precisadas en cuanto a un objeto, se manifiestan ora en un sexo, ora en otro. Una forma cultural que respetara y valorara este proceso, permitiría que el joven “jugara” con distintas interpretaciones, utilizando vestidos,  maquillajes y conductas de un sexo y de otro [4]

Volviendo al púber y a su eclosión de sexualidad primaria, la cultura se encarga enseguida de encuadrar en un molde prefijado esta manifestación explosiva. El control social y el conjunto de preferencias inducido por la familia y los grupos que el adolescente frecuenta, apuntan a su “madurez”.

Una vez que se “supera” este período, no se vuelve a él. Es el único tiempo de la vida en nuestra cultura en el que se manifiesta el sexo sincrónico, es decir el sexo interior , sin la compulsión que lo conduzca de inmediato a    un objeto externo. Las poluciones espontáneas y masturbaciones en las que las fantasías abarcan todo el campo emocional y espiritual.
Padres y parientes respiran aliviado cuando el joven se enamora de alguien (Del sexo opuesto o de su mismo sexo, aunque en el primer caso es mucho mejor)  y termina esta manifestación caótica y fuertemente creativa.

Es de destacar que en muchas culturas aborígenes este período de adolescencia se prolonga hasta bien entrada la edad adulta. Esto ocurre en sociedades como la de los Sioux y los indios americanos en general y también en la Samoa que Margaret Mead estudiara en la década de 1930. Dice la investigadora americana:

"He tratado de dar respuesta a la cuestión que me envió a Samoa: ¿Los disturbios que angustian a nuestros adolescentes son debidos a a la naturaleza misma de la adolescencia o a la civilización? ¿Bajo diferentes condiciones la adolescencia presenta diferentes circunstancias?"
Las conclusiones de su libro “Adolescencia, sexo y cultura en Samoa” concluyen una respuesta afirmativa a esta última pregunta.

Volviendo a la adolescencia en nuestra sociedad: los artistas son quienes recuerdan y son capaces de regresar a través de sus creaciones  a esta etapa de caos a buscar elementos e inspiración. Este período es propiamente hablando, una expresión de cierta forma que asume el paraíso. El mismo no se caracteriza por un período de paz permanente, sino por emociones desatadas que, de prolongarse podrían destruir la psique. Se trata de la permanencia en los bordes del estado humano, donde se convive con la locura y la muerte.  Allí las tendencias sexuales son las que constituyen lo que llamamos el sexo iniciático, es decir la colosal energía que es necesaria para la realización Trimúndica del ser.

El sexo así manifestado, debe ser global y  apuntar a todas las expresiones, no sólo en cuanto a las modalidades de gozo sino en cuanto a su tendencias. Es en este período donde se gesta la capacidad de comprensión y elaboración de los mitos, donde el hombre se encuentra fugazmente con la inspiración divina, con lo numinoso. Es de este venero de donde debería surgir la renovación de un cuerpo tradicional generación tras generación.

Las características del sexo que surgen de allí son diferentes a las que la sociedad induce en el niño con la urgencia de que el mismo llegue a la “madurez”. Lo que podemos mencionar como indefinición o ambigüedad de esta etapa, sería la forma constitutiva de la sexualidad humana, la que no busca la separación o la especialización, sino que apunta al andrógino. De prolongarse este periodo tal como se manifiesta, sin el peso de la culpa y la rigidez generalizada de las costumbres, el sexo orgiástico que es el que se define en la pubertad, se manifestaría junto al sexo individual o de pareja. [5]

Resalto aquí que esta inserción en el caos, implica dicho sexo orgiástico debe estar compensado con una forma especial de yo, una conciencia capaz de observar todo desde una posición serena; capaz en consecuencia de entrar y salir del caos, de tomar la fuerza primigenia presente en el cuerpo y transmutarla.

En otros artículos hice referencia a un proceso cósmico al que por su importancia vuelvo a mencionar: se trata del comportamiento de las galaxias. Las mismas no mantienen una armonía constante. Entran en agujeros negros,  se entregan a un movimiento que parece caótico, y que de pronto se resuelve en una hermosa e instantánea armonía, la que se desarma y regresa al caso para volver a encontrar otra proporción dinámica e instantánea.

Es esta la característica del hombre. Hundirse en lo informe una y otra vez para emerger renovado. Otro párrafo del Tao Te King se vincula con el proceso que acabo de describir:

El hombre es blando y flexible al nacer
Pero cuando muere es rígido y firme
Las plantas cuando brotan
Son tiernas y delicadas,
Pero cuando mueren están secas y rígidas.
De ahí el proverbio:
“Lo rígido y firme pertenece a la muerte,
Lo blando y tierno pertenece a la vida”.
Por eso las armas fuertes no vencen
Y el árbol demasiado firme acaba por romperse.
Lo grande y lo fuerte ocupa el lugar inferior.
Lo pequeño y lo débil ocupa el lugar superior.





[1] Está demostrado que el tango se popularizó como una de las danzas de los lupanares en Buenos Aires a principios del siglo XX:  la unión de los cuerpos, preparaba la entrega sexual, por lo que el baile fue condenado desde los púlpitos durante mucho tiempo.
[2] De allí la expresión “hacer el amor”, fuertemente criticada por Wilhelm Reich, ya que según él se introduce un aspecto de utilitarismo en una dimensión que por su naturaleza tiende a lo contemplativo o a un concepto como el Wu-Wei, el “hacer no haciendo” y en el caso del sexo, permitiendo que se exprese.
[3] Esto último es el objetivo de la Medicina Tradicional China, que al regular la fluidez de Ying y Yang en el cuerpo, procura aquietar las emociones y regular los procesos somáticos; las potencias a las que aludo, están fuertemente vinculadas a ellos.
[4] Ya desde la infancia se van induciendo los moldes, y de acuerdo a la influencia que la familia ha tenido sobre el joven, estos moldes se convierten en objetivos más o menos firmes de sus objetivos hacia la edad adulta. Se tolera este período como una suerte de incapacidad; de allí el sentido de la palabra adolescente: “el que adolece”, es decir el que padece dolencia o enfermedad. 
[5] Recuérdese que Orgion u Orgía hacía referencia a la incorporación a los grandes misterios. Dicha celebración no se refería tan sólo a las fiestas en honor a Dionisio, donde se bebía y se comía inmoderadamente y que terminaban en relaciones sexuales indiscriminadas. Desde el punto de vista sincrónico, el sexo orgiástico implica el impulso, la ruptura de barreras y a la vez la asunción por parte de quien la protagoniza de diferentes tendencias en su ser que se manifestarán en esa irrupción del caos. Este es el sexo iniciático, el que está preparado para asumir los grandes misterios en los límites del estado humano. Obsérvese que esta indefinición de las tendencias no implica tan sólo en la sociedad actual la aceptación y el acuerdo con todas las tendencias sexuales, la homosexualidad, por ejemplo, sino que se acerca a la teoría Queer que niega toda forma de dualidad sexual. Sobre estos puntos regresaré en la segunda parte del artículo. 

GOCHO VERSOLARI



 



Los sacerdotes no sólo complacían al poder temporal sino que aun complacían al vulgo (por eso los libros que más se vendían ,cuando se inventó la imprenta, eran libros de chistes obscenos para uso sacerdotal). Sacerdotes que no sabían el PADRE NUESTRO pero sí invocar a BACO y dramatizar partos, sacando de sus sotanas damajuanas o cerdos, amaestraban a OSOS para que hicieran de monaguillos ( reparemos que el OSO es una presencia de la TRADICION PRIMORDIAL), cosa que , en el siglo VIII, encareció un PAPA que dejaran de hacer. Aunque los sacerdotes eran inconscientes de sus alcances, por costumbre (y para mantener despierta a la mayoría) cumplían con el MITOLOGEMA del ANASYRMA, produciendo y consintiendo obscenidades en misa. El proceso mítico era RISA=ORGASMO=RESURRECCIÓN. Este fue uno de los motivos reales del surgimiento del PROTESTANTISMO-Olvidé que el CERDO era otra presencia de la TRADICIÓN PRIMORDIAL, y qué significativo es que los sacerdotes fingieran parirlos.
Mario César Ingénito – Pensador Tradicional argentino.


1            "Cada unión sexual, aunque sea de dos personas,  es una orgía en la que participan seres visibles e invisibles". 



                      El contenido mítico del Malleus Maleficarum


El Malleus Maleficarum  fue el manual que sirvió para la original caza de brujas, iniciada por el papa Cybo (Inocencio VIII) y que se prolongara  a lo largo de dos siglos, produciendo pérdidas de miles de vidas. Sus objetivos centrales, además del aumento de poder para la Iglesia Católica,  fueron  aniquilar el chamanismo de la Europa Occidental y atacar de raíz la sexualidad humana.

Es interesante destacar  que el Malleus se basa en un planteo mítico, del que no cabe el análisis a través de los métodos científicos. Es necesaria una confrontación en el mismo plano en el que formula sus afirmaciones. El texto es complejo y la principal afirmación que se encuentra en discusión es acerca del carácter de las llamadas brujas; si las mismas eran culpables de realizar un pacto con un supuesto representante supremo del mal. Tanto en el presente como en sucesivos artículos, iré desglosando estos conceptos. Por ahora quiero detenerme en una de las afirmaciones del libro; el cuerpo humano estaría dividido en dos: por encima y por debajo del ombligo. En la parte superior intervienen los ángeles, pero la parte inferior, en especial la pelvis y los genitales, están en poder de demonios, de íncubos y súcubos; de allí el carácter pecaminoso del sexo cuando no es ejercido exclusivamente por un hombre, dentro del matrimonio y para procrear, contando con la respectiva bendición eclesiástica.

Lo correcto en este postulado, es vincular el sexo (en realidad toda unión sexual sea cual fuere su carácter), como posesión. Y allí termina mi coincidencia con los autores del “Malleus…”. Ellos se refieren a una posesión diacrónica, es decir entidades que llegan de afuera y se asientan en la persona desatando las pasiones. En realidad, la mente encierra multiplicidad de tendencias de diferente naturaleza, sólo que nuestra formación nos impide conectarnos con ellas. La educación que recibimos plantea el yo como un punto duro y  excluyente, aun cuando Freud levantara apenas este velo al develar la existencia del inconsciente [1] De este modo, al enfrentarnos a las presencias que nos constituyen, las consideramos como algo externo: desde una intervención divina, hasta la interacción con los muertos. No estamos preparados para entender que muchas manifestaciones surgen de nuestra interioridad [2]

                El carácter orgiástico del sexo humano.







La forma en que estas tendencias se manifiestan de manera más contundente y   precisa, es a través del sexo. De la misma naturaleza que la inspiración artística, el impulso sexual es una lírica que ejercemos como parte constitutiva  de nuestro estado humano. Con el deseo, los dioses de nuestro interior nos atraviesan, se encarnan en nosotros y ejecutan  su canto.


Cuando una pareja decide tener relaciones sexuales, hay cantidad de entes que los acompañan. Insensibles, inaudibles, copulan con cada uno de los miembros del acto erótico y entre sí. Es de su concierto de donde surge la inspiración divina que anima a la sexualidad. Estas entidades no son necesariamente demoníacas ni angélicas. Ellas llegan del propio interior de las personas involucradas; han estado allí desde siempre y forman su genealogía sincrónica. El deseo, que incluye estas entidades, apunta de este modo y en todos los casos a la multiplicidad,  aunque lo neguemos por nuestra formación. En otras palabras: cada unión sexual, aunque sea de dos personas,  es una orgía en la que participan seres visibles e invisibles. 

Son estos seres invisibles quienes le brindan al sexo la intensidad y el matiz personal. El sexo es sano cuando aumenta la multiplicidad de estas presencias. Pierde en calidad y vigor cuando la sexualidad se desequilibra, toma características obsesivas y se manifiesta como una promiscuidad compulsiva,  una extrema represión y un sexo carente de objetivos,  al que llamo “castrado” [3] aun cuando quienes  participen en él  posean la integridad de sus genitales. Es entonces cuando las presencias disminuyen en cantidad y calidad.

Sprenger  y Kramer,   los autores del Malleus,  adjudican un definido carácter demoníaco a estos entes[4] y al ubicarlas en el pubis,  la  antropología que postulan, muestra a un hombre separado en dos mitades irreconciliables. Cabe señalar que, de acuerdo a las tradiciones que describen el andrógino primordial descripto por  Platón en “El Banquete”, el mismo estaría unido por la parte inferior, es decir de la cintura para abajo, la misma zona corporal que denuestan Sprenger y Kramer. Para Platón de este modo, el amor lejos de ser una atracción espiritual separada del cuerpo se refiere a la reintegración de un ser completo a través del sexo.

Gao Xin Jiang, en su libro “La Montaña del Alma”, aludiendo a una antigua concepción originaria de la Dinastía Ming, establece como signo de vejez el mantener relaciones sexuales sin estar enamorado”. Concepto chino, compartido con otras tradiciones de Extremo Oriente, y que implica que la índole de las entidades que nos poseen en el momento de la unión sexual deben abarcar todos los aspectos de nuestro psiquismo.

Unción, entrega; El sexo debe acompañarse con devoción. Hay una expresión que suelo usar muy a menudo: Artefacto Mítico Ritual, que hace referencia a un concepto global referido casi siempre a comunidades; en él planteo el mito como un relato que justifica el ritual, el cual siempre se manifiesta como una teatralización de aquel. Ambos forman un artefacto, es decir un hecho de arte, una totalidad inseparable. [5]
Cada unión sexual debería  entonces convertirse en un Artefacto Mítico Ritual, La fantasía que anima la relación forma el tejido mítico. Los dioses  que nos guían en la unión van musitándola al oído, estableciendo una suerte de encendido del atanor, para que  el cuerpo ejecute el  ritual erótico dirigido  a la realización Trimúndica en  el ámbito humano y  no necesariamente a la procreación. De este modo, el AMR en cada relación, debiera abarcar a los tres mundos que nos constituyen y expresarse  como  una locura lúcida, similar a los éxtasis dionisíacos.


"Un sexo carente de objetivos, es un sexo  “castrado”,   aun cuando quienes  participen en él  posean la integridad de sus genitales." 


2    

                 La sexualidad de las brujas.

¿Quien querría razonar, pudiendo tener un enemigo al que odiar? Crónicas del otro mundo –
 “Error humano” Adrián E. Belmonte García. https://lascronicasdelotromundo.wordpress.com/2017/09/26/error-humano/comment-page-1/#comment-2461




La cita de Mario Ingénito que inserto al principio del artículo, suena extraña teniendo en cuenta la estricta formación que siempre se le ha atribuido  a los clérigos. Hay  dos elementos básicos que explicarían la conducta de estos sacerdotes, al menos hasta llegar a los siglos XIII y XIV, en los que se crea la Inquisición y se consolida la caza de brujas.

1                   La difusión del cristianismo en Europa occidental

Paulo Orosio, discípulo de  Agustín de Hipona,  escribía en el siglo IV: «Aun cuando los bárbaros hubieran sido enviados a suelo romano con el solo designio de que las iglesias cristianas de Oriente y Occidente se llenaran de hunos, suevos, vándalos y burgundios, y de otras muchedumbres innumerables de pueblos creyentes, habría que alabar y exaltar la misericordia de Dios porque hayan llegado al conocimiento de la verdad -aunque sea a costa de nuestra ruina-tantas naciones que, si no fuera por esta vía, seguramente nunca hubieran llegado a conocerla.»

En este proceso de conversión de los bárbaros, hay un detalle cuya importancia es crucial para entender lo que ocurriera con las llamadas “brujas” diez siglos después que se haya iniciado el proceso de evangelización de estas tribus. La conversión se dirigía en forma principal a los jefes de las tribus. Ellos se convertían a un cristianismo que practicaban a su modo, en muchos casos mezclando en una actitud sincrética lo vinculado a sus creencias anteriores, pero el pueblo seguía practicando el culto a los antiguos dioses, considerando la nueva religión como algo exótico y vinculado al poder. Permitían que se los bautice en masa, ya que de negarse morirían y apenas recibían el sacramento, continuaban con el culto que sus antepasados practicaran durante milenios.

A través de estos pueblos, la Galilea que siempre acompañó a Roma,  adquirió un nuevo rostro. Los eventos políticos hicieron que una gran masa del pueblo fuera ignorada por las estructuras eclesiásticas. Ahora bien, ¿en qué creía la nueva Galilea? Lejos de tratarse de un culto a Satanás, lo que no es otra cosa que invento de los inquisidores [6] entre el pueblo había un culto vital por un lado al dios bifronte, es decir Jano y por el otro a la Gran Madre. Este culto tenía un gran contenido sexual. Cuanto más intensa era la estimulación, más resultados se obtendrían en la totalidad del ser. Es necesario destacar que estos rituales precursores de la pornografía, no tenían un carácter procaz, sino que estaban insertos en un definido Artefacto Mítico Ritual. Algo similar ocurrió con la evangelización de los pueblos de América y la formación del sincretismo religioso: por razones de supervivencia, se adoraba a la Trinidad y a un ejército de santos. De este modo, los fieles encontraban en los mismos similitudes a los dioses de sus respectivos panteones. En este proceso, propio de Haití, las Antillas y Brasil,   el nativo   asistía a misa y cuando terminaba la misma se retiraba al bosque para continuar allí con el culto a los antiguos dioses. [7]
De algún modo, la MTC  en relación con la sexualidad , plantea con claridad el aspecto positivo de la misma, y la considera necesaria para el mantenimiento del cuerpo y del Shen, concepto que engloba el espíritu y que, significativamente, una de sus acepciones más importantes es “dioses”. Esta postura, junto con el culto que realizaran los pueblos originarios de Europa occidental, tenían  como trasfondo una tradición primordial mucho más antigua que el cristianismo sedicente impuesto por la iglesia.

Murray llama diánica a esta tendencia religiosa que desde la conversión al cristianismo de los pueblos bárbaros perduró en Europa durante casi un milenio. El término hace referencia a la 
diosa Diana, pero es mucho más antiguo y se remonta a la Gran Madre, que inspirara  el matriarcado primitivo, el que correspondía a los inicios de la humanidad. [8]


En términos míticos, las brujas representan el objeto fóbico por excelencia


En cuanto al vínculo sexual que los inquisidores juzgan y que se realizara entre las brujas y el demonio, me remitiré a una cita de Dick Edgar Ibarra Grasso. La misma se encuentra en el libro “Cosmogonía y Mitología Indígena americana”. No he podido conseguirlo para transcribirla, pero el contenido era el siguiente:

El chamán necesita conectarse con el Gran Fuego que se encuentra en el límite del mundo. En su viaje cósmico llega hasta allí, y cuando se enfrenta al Gran Fuego se convierte en mujer para tener relaciones con el mismo. Luego de obtener lo que desea, ambos conversan. El Gran fuego le pide a cambio de su tributo (energía para realizar una curación) que el chamán convertido en mujer le brinde datos acerca de pastizales y bosques, lo que constituye su alimento, pero el brujo logra evadir la respuesta mediante artimañas.

El libro de Ibarra Grasso que expresa cantidad de citas obtenidas en terreno y vinculadas a aspectos cosmogónicos y mitológicos de la América precolombina, repite otros testimonios similares, en que hombres de poder asumen una identidad sexual – casi siempre femenina por la receptividad – para mantener relaciones con diferentes entidades naturales. A esto se suma lo señalado en las fiestas dionisíacas, donde las mujeres anhelaban ser escogidas por el dios para recibir en si mismas la cópula. Las que obtenían ese favor lo vivían con mucho orgullo.

Para el chamán, el vínculo sexual es la forma más directa y simple de obtener un poder determinado de todo lo que nos rodea y este pansexualismo es propio de los pueblos sanos, de aquellos que precisamente están vinculados con raíces míticas a la tradición primordial.





2                  El monopolio de la comida por parte de la Iglesia.

Volviendo a la observación de Mario Ingénito, ¿qué hacían estos devotos de Diana o de la Gran Diosa oficiando como clérigos? La respuesta es simple. La Iglesia desde siempre fue la monopolizadora de las riquezas, entiéndanse por tales no sólo el oro y los bienes suntuarios, sino y principalmente la comida. Como señalo en otros artículos, la alimentación y la sexualidad forman parte de lo exotérico y lo esotérico respectivamente. A su vez, el monopolio y la administración de una y otra permiten el ejercicio de un poder despótico. Son las llaves de la manipulación de hombres y mujeres.

En el curso de casi un milenio, la Roma Católica siguió empeñada en sus luchas políticas, en sus relaciones con reyes y príncipes y ocupada en mantener su poder. Sólo actuaba en ocasiones en que esta Galilea multiforme elevaba voces disidentes. Entonces quemaba herejes a través del poder civil y actuaba  contra el pueblo cuando este protegía a los disidentes,





"La administración exclusiva de la alimentación y la sexualidad, permiten el ejercicio de un poder despótico. Son las llaves de la manipulación de hombres y mujeres"


Entre los siglos XIV y XVI, se produce una corrupción creciente por parte de Roma. El poder como tal, según Nichiren Daishonin está relacionado para los orientales con el “Demonio del sexto mundo”, es decir del éxtasis. El líder religioso japonés lo compara a los efectos de un vino bueno, que no produce ninguna alteración aparente en el cuerpo y en la mente, pero que en el momento menos esperado, controla la totalidad del ser.

Cada vez que Roma se encuentra en medio de una crisis apela a Galilea. En este caso los procesos por brujería, rompiendo el impasse mantenido durante la Edad Media, se reinician en el siglo XIII y poco a poco se advierte que la construcción de la bruja con base en el antiguo culto diánico, que sobreviviera a través de las religiones bárbaras, podía ser un perfecto chivo expiatorio. El miedo de las gentes a lo desconocido fue exacerbado desde el poder. La imagen de la bruja y su culto fue una patología mítica creada por los inquisidores. Crearon una historia que más allá de su racionalidad pudiera prender en el pueblo, vinculándola a sus temores y a las pasiones más baja y los llenaron de objetos fóbicos. Los problemas que padecía la población, y que en gran medida eran producidos por el afán de poder de la iglesia, tenían  una causa, un rostro que no correspondía a los verdaderos culpables. Las brujas se escogían principalmente entre mujeres. Es de destacar que los hombres acusados, eran en su gran mayoría rusos que apenas hablaban el idioma autóctono del país.  En otras palabras: se seleccionaba a las persona más desfavorecidas de la sociedad, aquellas de las que no se podía esperar una represalia.
Era de observar que, hasta el inicio de la persecución y durante casi un milenio,   la mujer del pueblo  ejercía sin problemas su sexualidad a través del culto primitivo. [9] De pronto, para la Iglesia que necesita el chivo expiatorio,  el goce femenino como tal, no podía ser otra cosa que una inspiración demoníaca. Entonces, la religión con un crecimiento desproporcionado de su aspecto solar atacó sin piedad las reservas de chamanismo que permanecían en Europa. Fue así que el miedo imperante ante la acción que pudieran ejercer las hechiceras hizo que el propio pueblo las denunciara, aún basados en las razones más disparatadas. [10]

En términos míticos, las brujas representaron el objeto fóbico por excelencia. Pero también en términos míticos, el afán de poder de Roma no se agotaba en aunar la población contra un enemigo común, evitando que de ese modo puedan surgir las voces que condenarían la corrupción a la que habían llegado. Lo que se procuraba era por un lado aniquilar la conciencia chamánica y por el otro terminar con la sexualidad humana.

3)   Íncubos y Súcubos.






Cuando las nociones tradicionales hablan de la sabiduría del corazón, solemos pensar en  un corazón abstracto, situado en un topos uranos indefinido. La referencia precisa es  este corazón concreto, a esta bomba, este vaso en donde la sangre llega para llenarlo y rebasarlo, cumpliendo su ciclo de mantenimiento de la vida.

La medicina tradicional china tiene perfecta conciencia de esto. El corazón es el gran emperador, que, sentado en su trono, libre de molestias, se asegura que el universo siga funcionando. La sangre circula aportando nutrientes, oxígeno y otros elementos físicos a todo el cuerpo, y del mismo modo es también el que asegura que las presencias de las que hablamos más arriba circulen en forma adecuada por todo el organismo. Es de destacar que el término Shen, que se traduce como psiquismo y como dioses, es el que se refiere a esto.
El funcionamiento del corazón está vinculado a la función sexual. Si la misma falta, es porque la sangre no está circulando bien, y es entonces cuando se produce una falla que afecta a nuestra estructura Trimúndica, es decir que nos afecta en el orden físico, en el orden emocional y en el espiritual, comprometiendo nuestra realización.

La sexualidad dentro de la MTC tiene el carácter de aumentar la capacidad vital y el grado de conciencia. Es lo que en las tradiciones occidentales se conoce como El Adán Kadmon, es decir el hombre original, cuyo cuerpo mente y espíritu estaban preparados para manifestar en forma espontánea el objeto de su realización.

En los casos en que la sangre se estanca, y que se producen ciertas patologías que afectan a los órganos y entrañas principales, la sexualidad se revuelve contra la vida, y puede ser motivo de serias enfermedades.


"Cuando al sexo no lo acompaña la lírica que aportan los dioses que nos constituyen,   el Artefacto Mítico Ritual que conforma cada vínculo sexual se empobrece, se vacía. " 


En términos generales, mencionaré que la tendencia del hombre a eyacular en todas las relaciones sexuales mina su potencialidad Trimúndica. En la mujer sería lo contrario: sus orgasmos incrementan la energía Trimúndica, pero el pensamiento obsesivo y un estado emocional basado en la sospecha,  miedo, y preocupación constante, hace que disminuya su energía vital, y que las presencias muestren  su faz negativa. [11]

Es entonces cuando los entes en su aspecto tenebroso se convierten en íncubos y   súcubos o en otras entidades oscuras vinculadas al sexo,  tal como las describen    diferentes tradiciones. El aspecto positivo de estas presencias se refiere a los casos en que una mujer es preñada por una de ellas, y el resultado será el nacimiento de un avatar; o cuando estas mismas presencias anuncian al padre o a parientes el nacimiento de dicho ser excepcional. [12] Del mismo modo, estas entidades en la época primordial, podían ser capaces de generar nuevos seres utilizando tan sólo la libido y las fuerzas energéticas de los fluidos. La  procreación como la conocemos hoy, era vista como una intervención inferior de dichas entidades.

Cabe señalar como uno de los corolarios de este artículo, que a la luz de lo ocurrido durante la Edad Media y la caza de brujas, así como a las diferentes prohibiciones de regímenes exclusivamente solares, con un predominio absoluto de la casta sacerdotal que se realizaban contra la hechicería, es necesario realizar una revisión de la misma desde un punto de vista auténticamente tradicional. En otras palabras, lo que se llama "brujería" no es una deformación de un culto central, sino la expresión de Artefactos Mítico Rituales de origen chamánico antiguos como la humanidad. De allí surgiría también una revisión del concepto de Ocultismo, y la reivindicación de algunas formas que se han incluido en dicho concepto y que son tomadas con un enfoque peyorativo. Me refiero a movimientos como el Dianismo o la Wicca, diferentes de las iglesias satanistas, y que no están más vinculados a la contrainiciación de lo que puede estarlo la Iglesia Católica. 

Para finalizar, quiero destacar que el ataque del Malleus y de otros textos afines a la sexualidad femenina, era el ataque a la Realización de la mujer y del hombre en tanto se limitaba su sexualidad. En otros términos: la plena satisfacción sexual y la concreción de un sexo anagógico, es el requisito para que un ser logre su Realización Trimúndica.

Es lo que desarrollaré en el próximo artículo.

GOCHO VERSOLARI





[1] Lejos de “presentar una similitud aterradora con los sacramentos del diablo”, como afirma René Guénon en el correspondiente capítulo de “El Reino de la Cantidad…”, el psicoanálisis tiene el enorme mérito de permitir el acceso  a un caos primordial que es la forma en la que se presenta por un momento la realidad última; la vida en suma, el objeto sagrado, la materia primordial que debemos trasmutar como parte de nuestra misión. En estas semblanzas sobre la sexualidad, volveré a los alcances reales del psicoanálisis, a sus sombras y luces y a realizar una crítica completa a la posición de Guénon.
[2] Esto es particularmente claro en el caso de las casas encantadas, en las que los fenómenos se relacionan siempre con las estructuras psíquicas de algunos de los observadores. También tiene que ver esta tendencia con la interacción teándrica que resulta necesaria para que  un dios crezca a través del ejercicio de  un Artefacto Mítico Ritual.
[3] Cuando al sexo no lo acompaña la lírica que aportan los dioses que nos constituyen,   el Artefacto Mítico Ritual que conforma cada vínculo sexual se empobrece, se vacía.  
[4] De alguna forma, el Malleus… ha servido no sólo como fundamento para los asesinatos de las llamadas “brujas”, sino que ha modelado nuestra mentalidad: el yo como una isla cerrada, fortificada, mientras que lo que llega “de afuera”, y que no sea el dogma de la Santa Iglesia, se lo relaciona  con la locura, la muerte o el infierno.
[5] Podría calificarse como “holograma”.
[6] En su libro, "El Culto de la Brujería en la Europa occidental", Margaret Murray  señala entre otras cosas que la palabra Aquelarre fue un invento de uno de estos inquisidores que la pergeñó para hacer referencia a las reuniones demoníacas. Nótese que, en las actas de los procesos, se hace referencia a que a estos “Aquelarres” concurrían cristianos auténticos, que no renegaban de su fe, y se cuestionaba qué actitud tomar hacia ellos. Es de destacar también la uniformidad de contenido en los miles de páginas de las actas de los juicios. La misma se producía por las preguntas capciosas y la tortura , que se detenía al lograr confesiones que correspondieran a los esquemas jurídicos buscados por el inquisidor. Cabe destacar entre otras cosas que cuando la presunta bruja decía "Dios", ellos escribían "el Diablo". 
[7] Cuando  los pastores evangélicos realizaron su prédica entre los Yoruba de Brasil, fueron recibidos con entusiasmo por los aborígenes. Al hablar de Jesús, ellos afirmaban con la cabeza, y lo llamaban “Kesu”. Brindaban ofrendas a la iglesia y cumplían con los preceptos. Los evangelistas tardaron mucho en advertir que Kesu era una suerte de dios maligno presente en el panteón del pueblo, a quien los nativos rendían culto para aplacarlo y evitar que desate su ira. Este proceso está desarrollado en la película “Jugando en los Campos del Señor” del cineasta marplatense Héctor Babenco.
[8] Según la maquinaria mítica trasmitida de esta época primordial, hubo un momento en el que dicho matriarcado se vio contaminado por apetencias de poder. Era evidente la intervención ya en ese entonces del Dios del Mundo de la Ira. Esto fue lo que produjo la rebelión de los hombres, que en muchos casos adquirió tintes crueles y macabros. Entre los Selk n man de Tierra del Fuego, por ejemplo se narra la masacre de las mujeres con lujo de detalle. Dejaron vivas tan sólo a las niñas, para permitir la procreación. Cuando los pueblos arios llegan a Europa, imponen el modelo masculino y la  dominación indiscriminada de las mujeres. Ya en el Imperio Romano, la misma estaba sometida por completo al hombre y había perdido su identidad sexual. Esta subordinación total al hombre es la que marca el creciente predominio del Demonio del Mundo de la Ira, uno de cuyos nombres es  Marte y cuya influencia llega hasta nuestros días.
[9] Desde el punto de vista anatómico, para la antigüedad y la cultura oficial de la Edad Media, la mujer era una especie de hombre que no había cumplido con su desarrollo. Su sexualidad no podía ser considerada, ya fuera porque no existía, o en caso de manifestarse, reproducía el protagonismo de Eva en la historia mítica de la caída. Cabe señalar que en pleno siglo XIX, Freud, uno de los primeros en estudiar la sexualidad femenina, confiesa haber perdido la paciencia con ella, debido a lo extraño de la misma y a los vericuetos que presentaba. Precisamente sus primeras obras parten del estudio de la histeria, que como se recordará la etimología de la palabra es “útero” y asociaba los ataques violentos que solían acompañar la enfermedad a las contracciones del útero. Del mismo modo, la literatura médica de la época describe en algunas mujeres una serie de movimientos convulsivos extraños, aumento de los fluidos vaginales, gemidos, etc. Es decir, un típico orgasmo femenino frente al cual los facultativos estaban completamente desorientados. En la Edad Moderna, cuando se desata la brujomanía, una de las causas de la misma era la amenazante sexualidad femenina, ligada sin duda a los remedios naturales que estas “brujas” preparaban y que eran propios del chamanismo que ejercían. Para completar la explicación mítica expuesta en el Malleus, esta actividad desconocida y amenazante de la mujer, debía estar regida por Satanás.
[10] Al respecto me remito al segundo apéndice de este artículo, en el que transcribo la escena de Monthy Phyton de “Los Caballeros de la Mesa Cuadrada”






[11] Estos puntos, con abundantes ejemplos e instrucciones, los desarrollaré en la tercera parte de Sexo Iniciático.
[12] Tales son los casos de Zoroastro, Sansón y el propio Jesús entre muchos otros. 



Apéndices 

1) 

1) La obra de Kiki Smith (Fragmento de LA SEXUALIDAD DE LAS BRUJAS. LA DECONSTRUCCIÓN Y SUBVERSIÓN DE LAS REPRESENTACIONES ARTÍSTICAS DE LA BRUJERÍA, LA PERVERSIDAD Y LA CASTRACIÓN FEMENINA EN EL ARTE FEMINISTA DEL SIGO XX - por Yolanda Beteta Martín - Universidad Complutense de Madrid)
1


Circe es el otro referente que inspira la iconografía de Search por sus conocimientos
mágicos y su carácter selvático. Las brujas medievales son reelaboraciones de varios
personajes de la mitología grecorramana caracterizados por sus conocimientos mágicos,
su nocturnidad y animalidad. Hécate, Circe, Medea o las Moiras constituyen el paradigma
de la bruja primigenia. Las habilidades mágicas de todas ellas, y principalmente de las
tres primeras, residen sobre todo en su dominio de las pócimas o filtros mágicos. Las
tres hechiceras mantienen lazos de parentesco que subrayan el carácter de transmisión
generacional femenina de los conocimientos de brujería y hechicería, siendo Circe quien
se convierte en el arquetipo de bruja que se impone en el imaginario medieval. En la
mitología griega, Circe era una diosa y hechicera que tenía la facultad de transformar
a sus enemigos en animales mediante el uso de pociones mágicas. En La Odisea de
Homero, su casa es descrita como una mansión de piedra que se alzaba en mitad de un
denso bosque alrededor del cual rondaban leones y lobos que, en realidad, no eran más
que las víctimas de su magia.
La escultura Search de Kiki Smith puede analizarse como reelaboración en clave
feminista y deconstructivista del arquetipo clásico y medieval de la «femme fatale»; la
mujer castradora que con sus artes maléficas engaña, debilita y neutraliza la virilidad
de los hombres. Kiki Smith redefine el paradigma de la «femme fatale» difundida por el
imaginario androcéntrico convirtiendo la voz en un símbolo de poder y emancipación


(el poder de la palabra como expresión de individualidad), y el ave, símbolo que el
discurso patrístico convierte en imagen de la supuesta naturaleza animal y selvática de
las mujeres, en una nexo de unión entre las mujeres y la tierra que permite enlazar la
obra de Kiki Smith con las diferentes corrientes del ecofeminismo (Puleo, 2011; Shiva,
2007). Una naturaleza selvática que Kiki Smith plasma visualmente con una gran fuerza
iconográfica en Born (fig. 4) donde una mujer nace directamente del útero de una cierva.
La deconstrucción del arquetipo de bruja que realiza Kiki Smith y su relación
de los ecofeminismos se percibe de una manera más evidente en su serie de mujeres
barbudas y en la serie de mujeres y animales salvajes, principalmente lobos y ciervos.
Las diferentes corrientes del ecofeminismo coinciden en señalar que en el orden
simbólico patriarcal existen conexiones entre la dominación que padecen las mujeres y
la explotación de la naturaleza (aunque dicha relación se interprete de manera distinta
según los diversos enfoques ecofeministas). Paralelamente, los ecofeminismos denuncian
la histórica asociación que el patriarcado establece entre las mujeres y la naturaleza para
legitimar su situación de inferioridad y dominio al alegar que la capacidad de las mujeres
para gestar las aproxima a la naturaleza y, por tanto, son susceptibles de ser explotadas
al igual que ésta (Mellor, 2000).





Una villa. Se escucha el sonido de cánticos en latín, interrumpidos por golpes secos de madera.
Vemos una 
línea de monjes flagelantes cantando y golpeandose la frente con tablas. Pasan a un
grupo de aldeanos que están arrastrando a una hermosa y joven mujer vestida como bruja por
las calles. La arrastran hasta una casa extraña a las afueras de la villa. Un caballero
sale a su encuentro (Sir Bedevere).

ALDEANO 1: Encontramos una bruja. Podemos quemarla?
TODOS: Una bruja! Quémenla!
BEDEVERE: Como saben que es una bruja?
TODOS: Parece una bruja. Si, si parece.
La traen al frente - una hermosa y joven mujer vestida como bruja
BRUJA: No soy una bruja. No soy una bruja!
BEDEVERE: Pero estás vestida como una bruja.
BRUJA: Ellos me vistieron así.
TODOS: No es cierto, no lo hicimos!
BRUJA: Ésta no es mi nariz, es falsa.
BEDEVERE: Y bien?
ALDEANO 1: ... Bueno, si le hicimos la nariz.
BEDEVERE: Sólo la nariz?
ALDEANO 1: Y el sombrero. Pero es una bruja!
TODOS: Una bruja, una bruja, quémenla!
BEDEVERE: Ustedes la vistieron de esta forma?
ALDEANO 1: ... Eh ... Si ... no ... un poquito ... si ... pero si tiene una verruga.
BEDEVERE: Por qué piensan que es una bruja?
ALDEANO 2: Porque ella me convirtió en una salamandra!
BEDEVERE: Una salamandra?
ALDEANO 2: (Despues de mirarse a si mismo por un rato) Bueno, ya estoy mejor.
TODOS: Quémenla de todas formas!
BEDEVERE: A callar! A callar! Hay formas de saber si es una bruja o no.
ARTURO y PATSY (su sirviente) llegan en este punto y observan lo que sucede con interés.
TODOS: Las hay? Bueno, dínos! Cómo saber, sabio Sir Bedevere, si es una bruja?
BEDEVERE: Díganme... Que hacen con las brujas?
TODOS: Las quemamos!
BEDEVERE: Y que otra cosa queman, aparte de las brujas?
ALDEANO 4: (pensativo) ... madera?
BEDEVERE: Entonces, porque se queman las brujas?
ALDEANO 2: (casi en un susurro, dudando) ... porque están hechas de madera...?
BEDEVERE: Bien!
Los aldeanos se animan cuando se dan cuenta de que llegaron a esta conclusión.
TODOS: Sí, es lógico. Por supuesto!
BEDEVERE: Entonces, cómo podemos saber si ella está hecha de madera?
ALDEANO 1: Construyendo un puente con ella!
BEDEVERE: Ah... Pero acaso no se puede construir un puente con piedras también?
TODOS: Ah. Si, por supuesto... Eh...
BEDEVERE: La madera se hunde en el agua?
TODOS: No, no, flota. Atémosle pesos y tirémosla al lago. Al lago!
BEDEVERE: Esperen, esperen... Díganme, que otra cosa también flota en el agua?
TODOS: Pan? No, no no. Manzanas... Caldillo... Rocas muy pequeñas ...
ARTURO: Un pato.
Todos voltean a ver a Arturo. Bedevere lo mira, muy impresionado.
BEDEVERE: Exactamente! Entonces... Lógicamente...
ALDEANO 1: (Empezando a atar los cabos) Si ella... pesa lo mismo que un pato... entonces está hecha de madera.
BEDEVERE: Y por lo tanto?
TODOS: Es una bruja! ... Un pato! Un pato! Traigan un pato.
ALDEANO 4: Aquí tiene un pato, Sir Bedevere.
BEDEVERE: Usaremos una de mis balanzas mas grandes.
Los conduce hasta una balanza bastante extraña, hecha de madera, cuerda
y piel. Ponen a la muchacha en uno de los platos y al pato en el otro. Cada plato
esta soportado por un tronco de madera. Bedevere revisa cada plato y entonces los
soportes son retirados. La muchacha y el pato 
se balancean perfectamente.
TODOS: Es una bruja! Una bruja!
TODOS: Quémenla! Quémenla! Hagamos una escalera con ella!
Los aldeanos se llevan a la muchacha dejando a Arturo y Bedevere mirándose con respeto...


GOCHO VERSOLARI





 




"Si bien el cristianismo está hoy al borde de la bancarrota espiritual, sigue impregnando aun decisivamente nuestra moral sexual, y las limitaciones formales de nuestra vida erótica siguen siendo básicamente las mismas que en los siglos XV o V, en época de Lutero o San Agustín”.
Karleinz Dechner


                     01)  Anécdota
En ocasión de publicar la primera parte de Sexo Iniciático, recibí en una de las redes sociales un comentario escrito en portugués cuya traducción es la siguiente:

Debemos interpretar el sexo como la entrega generosa, honesta e íntima hecha entre dos personas que se aman - una se da a la otra y la relación en un acto serio de amistad, ternura y cariño. Lo que está por debajo de eso es, podemos apostar, la resultante del impulso de satisfacer los deseos fisiológicos más primitivos o incluso algún tipo de locura sexual y, por lo tanto, debe ser rechazado por su calidad materialista, alienante y antisocial. Eso es todo.

Lo leí con asombro, ya que el comentario no se relacionaba con el contenido del texto. Mi primera reacción fue no contestar para evitar polémicas estériles, pero de pronto advertí que al ser el portugués el idioma materno del lector pudo haber tenido problemas con el español. Le envié entonces un mensaje explicándole que, si bien en términos generales estaba de acuerdo con sus afirmaciones, le sugería que utilice los servicios de traducción aportados por el sistema. El resultado fue la siguiente respuesta:

…En cualquier caso, mi enfoque fue meramente genérico y no supone siquiera la lectura del artículo. Chau; tenga una buena semana.

Si bien se trata de una anécdota, la misma refleja las actitudes de gran cantidad de contemporáneos en relación con el sexo. Se crean moldes externos, y se procura que el instinto se ajuste a  los mismos. Dichos moldes no sólo deben servir para nosotros, sino para aquellos que nos rodean. Un esquema de familia única, el predominio de la heterosexualidad; establecer a rajatablas que  el   sexo debe tener como centro exclusivo  la procreación. En el ejemplo, al saber que había un artículo sobre el tema, y antes de leerlo, el autor del comentario establecía el criterio al que debía adaptarse. No importaba el contenido. Si no respondía al esquema era malo y había que desecharlo.

El occidental mantiene un sexo completamente enajenado, atado a factores externos que lo condicionan. En caso de responder al propio instinto, de negarse a recortarlo a fin de poder ocupar los modelos compulsivos que la sociedad le ofrece, el hombre y la mujer experimentarán siempre un oscuro sentimiento de culpa que acompaña a toda postura sexual comprometida; por más “abierto” en sus ideas que crea haber llegado a ser, el occidental cristiano tendrá siempre frente al sexo  la oscura convicción  que está cometiendo una especie de delito y que en algún momento le sobrevendrá el castigo.

2 Somero perfil del Buscador
Todo el mundo se enardece y disfruta, como cuando se presencia un gran
sacrificio, o como cuando se sube a una torre en primavera.
Sólo yo quedo impasible, como el recién nacido que aún no sabe sonreír.
Como quien no sabe adónde dirigirse, como quien no tiene hogar.
Todo el mundo vive en la abundancia, sólo yo parezco desprovisto.
Mi espíritu está turbado como el de un ignorante.
Todo el mundo está esclarecido, sólo yo estoy en tinieblas.
Todo el mundo resulta penetrante, sólo yo soy torpe.
Como quien deriva en alta mar.
Todo el mundo tiene algo que hacer, sólo yo soy un inútil.
Sólo yo soy diferente a todos los demás porque aprecio a la Madre que me nutre.

Tao Te King – Lao Tzu

El párrafo que antecede expresa y define muy bien la característica del buscador. Es la opuesta a la de aquel que cree haber encontrado su meta. En la anécdota con la que iniciaba este artículo, la persona que expresaba sus ideas preconcebidas, ya estaba seguro: reposaba en una certeza incuestionable; la misma funciona como un suspiro de alivio: se puede ver el mundo a través de gafas que lo convierten en seguro, en previsible. Quien cree haber encontrado la verdad,  “se siente esclarecido” como afirma Lao Tzu. Acostumbrados a vivir de acuerdo a un dogma excluyente, que divide al universo en dos mitades irreconciliables, debemos reconocer que la certeza que brinda la rígida postura, crea una sensación de tibia seguridad.

En cambio, más tarde o más temprano, el Buscador sentirá  el vértigo del caos; el desamparo al enfrentarse a un universo que no responde a esquemas preconcebidos. El que tiene claro que la única respuesta no se encuentra en un libro de texto, sino en su biografía; (en su “Auto – Bios – Grafía”, concepto que Raimon Panikkar explica  en el primer capítulo de ”El Silencio del Buda” y sobre el que volveré en otro artículo). La respuesta a la búsqueda no se encuentra en un esquema teórico, en la elaboración de una complicada cosmovisión común a todos. El destino del buscador se resuelve en  la singularidad, en la existencia individual de quien ha asumido  el desafío; el que a costa de su desubicación y desamparo, rasga el velo que la cultura ha establecido y que oscurece el objeto de su indagación. 

El buscador es quien frente a los esquemas establecidos permanece “impasible como el recién nacido que aún no ha aprendido a sonreír” Un instinto oscuro lo lleva a desconfiar de los mismos, a rechazar la tibia seguridad que brindan los esquemas; a sospechar que hay otras cosas. La búsqueda culmina en lo que las tradiciones llaman Satori, Iluminación o Realización espiritual. Yo la llamo con la expresión provisoria, adaptada a las circunstancias de Realización Trimúndica. No se trata de un cambio limitado a un área de la persona . La realización que se busca debe abarcar el cuerpo, la mente y el  espíritu, en un contexto  diferente al que expresan las iglesias cristianas durante dos milenios.

La actividad sexual comprende estos tres mundos. En su aspecto tenebroso, el sexo puede ser un vehículo de obsesiones y turbulencias. En su aspecto luminoso, se convierte en  una vía que puede conducir inevitablemente a dicha realización

De allí que la tarea básica  del Buscador, sea conectarse con las propias fuentes de su sexualidad, y cuestionar el  cúmulo de prejuicios y dogmas   que lo acompañan desde el nacimiento.
3       



                  El ying, el yang y el andrógino.

La Medicina Tradicional China es mucho más que una práctica médica. Se trata de una cosmovisión dinámica; quien recurre a una sesión de terapia o decide aprenderla y practicarla de alguna forma, está ejerciendo de un modo u otro, una postura milenaria, una forma que asumiera la tradición primordial hace miles de años. Ciencia fundamentalmente deductiva, parte de axiomas generales para llegar a las verdades particulares, con una eficacia proporcionalmente superior a la de la medicina común.

Las bases de esta cosmovisión son por completo diferentes a la versión aristotélica que marcara a fuego a Occidente [1] La noción de Ying y Yang, por ejemplo, introduce un elemento que contradice el axioma  lógico por el cual “algo no puede ser y no ser al mismo tiempo”. Sus características son:

-        -El ying se transforma en Yang y viceversa
-        -Todo proceso ying tiene un pequeño yang y todo proceso yang tiene un pequeño ying.

Dos ejemplos: La noche es fundamentalmente un proceso Ying. El sueño de los seres vivos,  la sombra; la quietud que impera. Sin embargo, el vuelo de las luciérnagas o el movimiento de las estrellas son yang. Cuando parece que la noche ha llegado al máximo de ying, un movimiento cósmico de naturaleza yang produce la transformación. Con el día ocurre el proceso invertido: se trata de un proceso fundamentalmente yang que tiene su costado ying .

Aplicado a la sexualidad humana, se afirma que toda mujer (ying) tiene tendencias masculinas (yang) y viceversa. Esto puede ir desde la tendencia masculina a criar un niño en forma parecida a la de una madre,    o a la capacidad que desarrolla una mujer de acuerdo con las necesidades para desarrollar trabajos propios del hombre.

Del mismo modo, en cuanto a las tendencias sexuales, puede ocurrir que un hombre o una mujer se sientan de pronto atraídos por alguien de su mismo sexo. [2]Es entonces cuando intervienen los pequeños yang y ying. Cuando el desarrollo de una de las tendencias es considerable, se puede manifestar como homosexualidad o transexualidad; cuando la porción de los pequeños yang o ying disminuye, los mismos se manifiestan en tendencias que apuntan a lo que se llama “factores sexuales secundarios”, es decir la selección de gustos o tendencias cotidianos referidos a lo que la cultura considera masculino o femenino. En todo caso, el objetivo último del instinto es la realización del andrógino, mucho más que la procreación.

 Breves instrucciones para el buscador

Un ejemplo concreto se relaciona con lo que José Luis Padilla, uno de los teóricos de la MTC llama “retención de la esencia”. La misma es aconsejada con fines terapéuticos, en los textos milenarios de la MTC, para evitar el desgaste producido por la edad. A continuación expondré algunos de sus fundamentos y unas breves pautas para ejercitarla.

Al ser la mujer predominantemente ying, la eclosión de su sexualidad introduce un elemento yang que la equilibra. En otras palabras, cuantos más orgasmos tenga una mujer, no sólo será más sana, sino que predispondrá a las corrientes sutiles de su sangre y a toda su energía a completar lo que yo llamo una Realización Trimúndica. Dicho de otro modo: La satisfacción sexual femenina es una condición irremplazable para lograr avances en lo espiritual. Una mujer reprimida, que tienda a negar su sexualidad por conceptos supuestamente espiritualistas o una moral sedicente, estaría descalificando su capacidad.

En cuanto al hombre, al ser predominantemente yang, la eyaculación, otro proceso igualmente  yang, lo desgasta, ya que le hace perder “Jing” o esencia. Para la MTC, el riñón es la base de la vitalidad. Él encierra esta esencia, que con cada eyaculación se pierde de modo considerable. De esta manera, se aconseja  al hombre a separar la eyaculación del orgasmo.

Téngase en cuenta que la sexualidad femenina, es decir el proceso que culminará con el orgasmo, es culturalmente distinto al hombre. La  mujer tarda mucho más en llegar al clímax, pero cuando lo hace, el mismo  se prolonga   mucho más que el hombre.

El varón en cambio tiene una excitación rápida, un orgasmo acompañado de eyaculación de tipo explosivo y luego una caída súbita. De lo que se trata es que su sexualidad se aproxime a la femenina. No sólo debe evitar eyacular en todas las veces que mantiene relaciones sexuales, sino que el carácter de la misma debe cambiar. En  sexología se llama “fase  de meseta” a un sentimiento de plenitud capaz de mantenerse por parte del hombre que retarda la eyaculación. Varias prácticas en este sentido pueden prolongar esta fase y producir en el hombre un gozo extendido, muy similar al de la mujer. Una pareja, sea homo o heterosexual [3], puede permanecer así durante un tiempo prolongado, a través de una sucesión indefinida de orgasmos y en el caso del hombre separarlo por completo de la eyaculación. El protagonista de esta transformación, se aproximaría al andrógino, ya que acercaría el proceso de su orgasmo al esquema del otro sexo. Sería capaz de prolongar indefinidamente el placer y de brindárselo sin límites a su pareja. 

Ambos cambios en la sexualidad facilitan el desarrollo de la espiritualidad o la Realización Trimúndica. Aproximarse al andrógino, retener la esencia, o en el caso de la mujer lograr una satisfacción total, implica preparar al cuerpo para que comprenda cierto tipo de verdades que no se pueden percibir con la razón, aunque se trate de esa versión supuestamente depurada que Guénon llama “intuición intelectual”.

Técnicas respiratorias

Es decisivo para el buscador que afronte esta práctica de retardar la eyaculación ejercitar su respiración. En este sentido rescato los ejercicios de Hatta Yoga, que aplicados al cuerpo del occidental, educado en un esquema de desprecio a lo somático, pueden restablecer ciertas patologías y otros procesos de salud deteriorada, indispensables para la Realización Trimúndica. Son numerosos los documentales filmados en China, que muestran un amanecer en plazas del país como la Tian An Men, donde a primera hora de la mañana, se muestran ancianos realizando prácticas de Chi Kung.

Lo importante es practicar la respiración abdominal, mantenerla como hábito, y ejercerla en el momento de la relación sexual para retardar el orgasmo

El placer como guía.



“El placer es más profundo aún que el sufrimiento. El dolor dice “pasa”, pero el placer quiere eternidad, quiere profunda eternidad”
Nietzche – “Así habló Zaratustra”.

En una de sus abundantes páginas lúcidas, Guénon [4] afirma que el Cristianismo le brinda excesiva importancia al sufrimiento. La muerte de Jesús fue antes que nada una tragedia; el resultado de una escaramuza de una lucha oculta, que no tenía que ver con el desarrollo armado contra el imperio romano, pero no por eso era menos terrible. Era de prever que Jesús, como avatar estaba llamado a predicar mucho más de lo que expresara en los Evangelios canónicos, los apócrifos o la selección de sus dichos [5]. Este resaltar del sufrimiento, que llama al buscador a hundirse en el mismo “encontrando su propia cruz”, se relaciona con un soterrado afán  de poder por parte de Roma.  Quien sufre y considera su dolor como blasón, debe ser redimido. No se admite que la vida básicamente, aún en este medio, sometidos a una montaña de prejuicios y culpas, puede ser una fuente de alegría producida por la realización.   En los textos de la MTC glosados más arriba, se utiliza el placer como forma de trampolín hacia lo espiritual. Al respecto cabe señalar que en el Budismo, cuando se habla de la Iluminación, se establece que la cercanía de la misma se percibe por una creciente sensación de alegría.

Esto se relaciona con el Shen que en la MTC hace referencia por un lado a todo el psiquismo, y por el otro, se refiere específicamente al psiquismo del corazón. Con esto surge que en la cosmovisión china original, cuando se habla  de vida psíquica no es lo mismo que el objeto de la psicología occidental. Las emociones están vinculadas a la sangre, y surgen de los diferentes órganos. El Shen considerado como psiquismo del corazón, es el principal.

Todo par de órganos y entrañas en la MTC tiene una emoción distintiva. La del corazón es la alegría. El sexo debe ser alegría, gozo, celebración. Debe ser una fiesta del corazón. La tristeza surge del desequilibrio del órgano. Todo lo que la acompaña, el dolor la culpa, la depresión son resultado de un corazón debilitado. El buscador debe tener un corazón fortalecido que le permita la comprensión de las verdades esenciales y para eso es necesario que se sumerja en el caos de la sexualidad y que emerja renovado de la misma.

El sexo se mueve de acuerdo a ciclos pendulares de repliegue y expansión. Las fases de la luna, las estaciones, los diferentes momentos del día pueden servir para alternar los momentos de abstinencia y de apertura sexual, Dentro de la estructura mitica en la que el buscador debe encuadrar su vida, corresponde que descubra sus ritmos y que los siga escrupulosamente. Recordemos que la meta, la plenitud cósmica, la iluminación, el Reino de los Cielos o como queramos llamarlo, no es algo que se obtiene necesariamente ejerciendo una estricta disciplina. Es algo que debe surgir de nosotros; es el estado propio del ser humano, oculto bajo pesadas capas de historia que nos sepultan.

Esta serie de artículos pretenden formular un planteo teórico que debe detenerse donde empieza la singularidad de la vida, la “Autobiografía” en el sentido de Panikkar. Es en ese ámbito donde deben resolverse todas las cuestiones, donde el buscador puede encontrar su senda y establecer el objetivo de su marcha.

   Sexo libre de prejuicios, de sentimientos de culpa, de castigos y miedos. Lo debemos recobrar. Él está en nosotros y nos basta conectarnos. El camino es necesario,  para cumplir con nuestra misión: la Realización Trimúndica que comprende las tres instancias que forman al hombre. En la que no se puede negar una y privilegiar otra.   La actividad sexual, como actividad ritual, abarca las tres. Comprende el cuerpo, la mente y el espíritu. Eleva al ser total con pocas exigencias: es necesario por un lado tomarla con sentido de ofrenda y por el otro,  reconocer las presencias que acompañan a toda unión y permitir que las misma se expresen  libremente.

Que en cada relación  desatemos la algarabía de los dioses que nos habitan y que procuran emerger de nosotros.  








[1] Al menos la versión de Aristóteles que nos llega recortada a través de Santo Tomás. Es de suponer que otro Aristóteles, con un importante contexto mítico, haya sido destruido en el curso de la historia.
[2] Es válida la diferenciación actual que se hace entre “sexualidad” y “género”, es decir que la identificación y la atracción sexuales pueden diferir de la identidad biológica con la que se ha nacido. La teoría del Ying y el Yang y sus interrelaciones puede servir como base tradicional a esta postura.
[3] La MTC  de origen confucionista, se opone a la homosexualidad, y señala que la literatura tradicional habla de la influencia energética de los fluidos femeninos en el pene. Sin embargo, cuando en la relación hay suficiente pasión, y aunque la misma no sea heterosexual,  se producen endorfinas con una carga energética equivalente a la de ambos sexos. Algo similar explica que muchas curaciones o aun iniciaciones que requerirían la presencia física y la carga de fluidos orgánicos, puedan realizarse a través de Internet con un resultado bastante similar a las originales.
[4] Puede hablarse de “dos Guénon”, es decir el “Guénon fóbico” que se expresa en libros como “El Reino de la Cantidad…” y el “Guénon chamánico”, que puede encontrarse en la obra póstuma “Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada”. Del primero, del Guénon que llena la tradición de objetos fóbicos, es de donde surge el vínculo de los estudios tradicionales con posturas racistas y que apoyan a regímenes totalitarios casi siempre de extrema derecha. Es de destacar que “El Reino de la Cantidad…” era uno de los libros de cabecera de José López Rega, personaje totalitario, creador de la “Triple A", organización responsable de genocidio en Argentina en la década del setenta. 
[5] Tal como en el caso del budismo, en el que Shakyamuni, quien no sufrió una muerte precoz, pudo pronunciar miles de sutras, dirigidos a seguidores de las diferentes épocas en las que se expondría su doctrina. 

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