Desde mi llegada a Estados Unidos, elegí para vivir comunidades en las que habitan familias negras. (En USA se les debe llamar “afro americanos”, aunque en nuestros países del sur de América, la expresión “negro” no tiene el sentido fuertemente racista que le asignan aquí) Mi preferencia va contra corriente de una vieja costumbre segregacionista que data de principios del siglo XX por la cual si en una zona habitan personas de piel oscura, las viviendas se devalúan rápidamente ya que se supone que la delincuencia aumenta en el área. En cuanto a mi elección, se debió a la calidad humana de las comunidades negras en comparación con otras donde la gente es predominantemente blanca. Son muchos los episodios de solidaridad cotidiana que he vivido por parte de miembros de las comunidades negras en los sitios donde residí. Hacia el año 2020 nos trasladamos con mi esposa a una casa que carecía de lavadora y secadora, por lo cual debía acudir a un “Laundry” que quedaba a pocas cuadras en el
Publicación de artículos acerca de la vida contemporánea, de sus miserias y de como solucionarlas.