VIDA PÚBLICA Y PRIVADA DE LAS EXPLOSIONES - 3 - Algunas heridas de la explosión – Frenias y cracias.
Al inicio de estos textos he realizado una aproximación a la trágica historia de mi abuelo paterno, su suicidio y la forma en que este hecho incidió en las siguientes generaciones. La historia de mi madre tiene ciertas similitudes: mi abuelo materno fue un inmigrante griego que se instaló con su esposa gallega en la zona de Ushuaia. Allí hizo fortuna con un comercio ubicado en lo que llegaría a ser la zona central de la ciudad. Sumamente avaro y codicioso, imponía a su familia un régimen de terror; todos los miembros estaban obligados a colaborar en el negocio, pero la desconfianza y las acusaciones de robo eran constantes. Así, mi abuelo acusó a uno de mis tíos de haber tomado dinero de la caja sin su autorización, y en pleno invierno fueguino, lo expulsó al monte, ordenándo que no podía acercarse a la vivienda. El muchacho, que no llegaba a los veinte años, se aproximaba en la noche para recibir algunos alimentos que mi abuela le pasaba clandestinamente.