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04 Donald Trump y otras yerbas - Ejemplos de Clericracia y Dogmocracia.

 

 


La difusión de estos textos hizo que retomara los vínculos con antiguos amigos en la ciudad de Mar del Plata, donde nací y viví hasta los cincuenta años. A través de ellos me reencontré con comentarios   cotidianos, propios de la ciudad.  “Te dejo. Voy a caminar por la costa…”. Esta simple frase es común en la zona y anuncia una   visita al sucedáneo de lo absoluto que representa el océano . Esto me recordó la extrema unión de la urbe con la costa y el mar: En Mar del Plata, la muralla virtual o real que pretende protegerla como parte del concepto de ciudad, se interrumpe al llegar al mar. Es posible acceder sin restricciones a las extensas playas desde cualquier punto del camino costero. La excepción se produjo durante la dictadura militar de 1976 a 1983. En los primeros años, la muralla se trasladó a la costa, donde los militares cerraron los caminos a muchas de las playas. La medida se relacionaba con los llamados “vuelos de la muerte”: a los detenidos se los transportaba en aviones,  se los sedaba y  se los arrojaba al mar. Los cadáveres debían aparecer en las playas y por eso se las tapiaba y cerraba al público.

 

En mi adolescencia y mi juventud solía caminar solo por  la costa. Cantidad de ansiedades y rabias, producto de mi familia disfuncional, se desgranaron y perdieron en  las arenas y las espumas de esa época.    Al recorrer otros países, observé que, particularmente en América Latina, existe el sucedáneo de la costa pero no con tanta disponibilidad como en Mar del Plata.  Cuando viví en la Mérida venezolana, íbamos con quien sería mi esposa a algunos ríos aledaños, pero esto no formaba parte de los hábitos del ciudadano, sumido y concentrado en sus obligaciones, en la vida impuesta con un mayor o menor grado de enajenación. La experiencia más similar a  Mar del Plata fue en el Vilcabamba ecuatoriano: un pequeño pueblo que se distingue por la extrema longevidad de los habitantes. Al río se llega caminando y se lo recorre sin obstáculos; hay zonas completamente  agrestes en las que se puede leer los restos de la naturaleza: rocas talladas en las montañas o el sendero que de pronto se transforma en el lecho seco y antiquísimo de un arroyo.   

En Estados Unidos, donde resido,  predominan las murallas. Muchos sitios naturales son propiedades privadas, y el acceso está prohibido.  Zonas como el Cañón del Colorado están absolutamente comercializadas. Se procura quitar cualquier elemento caótico de los sitios naturales y convertir a  los mismos en  “inofensivos”; se trasladan a la naturaleza las murallas que cercan a las casas y a las ciudades. En los años sesenta Alan Watts explicaba en sus obras que fenómenos como Disneyland, crean una imitación casi perfecta de la naturaleza, con lo que se pretende reemplazarla por una versión “emocionante pero segura.”

Volviendo a Mar del Plata, en el sector norte de la  costa suele haber serpientes venenosas traídas por las potentes mareas, lo que exige desplazarse con precauciones.  . Quien elige estos rasgos agrestes y salvajes, ejerce una suerte de resistencia contra la cultura de la frivolidad que muestra el escaparate de la ciudad. Ese aparentemente inofensivo “caminar por la costa…” puede permitir vislumbrar un espacio libre en el que de pronto se derrumban alambrados y murallas.

 

 

Por razones de espacio, en  este artículo mencionaré  sólo algunos de los numerosos ejemplos de la formación de la Clericracia y dogmocracia: individuales y colectivos; actuales e históricos.

Me aproximaré someramente a   Donald Trump. Aquí puedo dedicarle un espacio acotado, pero señalo que su   su accionar político es sumamente complejo. A pesar de su figura farsesca y del burdo histrionismo de sus expresiones y gestos, sigue sin saberlo una línea de poder similar a los tiranos de la antigüedad: los reyes medo persas,  Herodes, Rómulo y Atila.

 

En segundo lugar me remitiré a la destrucción del primer Templo de Israel, en el siglo VI a.e.c., al exilio babilónico, el regreso de los judíos a su tierra y la formación de la llamada “Tradición sacerdotal” que no es otra cosa que la conversión de la Biblia en un instrumento de Clericracia. Con dicha interpretación y hasta   hoy sirve para dominar pueblos enteros.  

 

En tercer lugar, y también en forma muy somera, haré referencia a la formación del cristianismo   su desarrollo y su constitución en religión de estado en el siglo IV de nuestra era bajo Constantino.

 

 

1) Donald Trump y el “complejo de dios”




Hace ya tiempo, desde antes de la elección de 2016 y su ascenso al poder, recolecto documentos, libros y semblanzas de Trump. Como aclaro más arriba,   la formación de  estructuras clericráticas y dogmocráticas  en el ex presidente, tiene que ver con  los grandes imperios de la antigüedad. Esto no significa que Trump sea un experto en historia y arqueología y mucho menos  un elegido o un ser especial. En otro artículo me referiré a sus asesores y en particular a Steve Bannon, quien desde una postura extrema se encarga de montar la arquitectura del poder en torno a su líder.

Alguien ha definido los libros sobre esta figura como la creación de un género propio  Algunos volúmenes son interesantes como “Fuego y Furia”, de Michael Wolff o la serie de Bob Woodward. El problema es que han sido escritos al calor de la lucha política y se refieren a aspectos coyunturales de la persona o el accionar de Trump. Sería necesario una exégesis a fondo que contemple la concepción del mundo subyacente a sus decisiones y describa el proyecto de poder. Nótese que el resurgimiento de los movimientos de derecha desde 2016, año en que el propio Trump llegó al gobierno, tienen como toque de diana el libro de María Elvira Roca BareaImperiofobia y leyenda negra”. El mismo, como mito de poder, es un catálogo de tergiversaciones y falsedades, pero expresadas y enmarcadas en una aparente solvencia académica. La cosmovisión de la autora justifica y considera deseables lo que han pasado a ser formas abusivas de poder, desde la dominación española en América, los tribunales de la Inquisición o el segregacionismo en Estados Unidos. En otros términos, es una apología y una justificación de toda forma de Clericracia y dogmocracia Como preámbulo a una ofensiva agresiva de la extrema derecha, esta postura trató antes que nada de reescribir la historia creando un universo en donde los imperios, las guerras de dominación, la persecución a extranjeros y herejes tuviera un pleno sentido.   En el abanico de cosmovisiones que forma nuestra cultura, falta una base de elementos que sirvan para generar cosmovisiones chamánicas. Estas serían las opuestas de esa posición, no las posturas de izquierda, muchas de las cuales también desembocan en formas de Clericracia, ávidas de poder.

  

Regresando al tema, el libro de Mary Trump, “Siempre demasiado y nunca suficiente”, también participa de la crítica que acabo de realizar a la mayor parte de la literatura sobre Donald Trump: análisis coyuntural y rápido de un tema que requiere una comprensión profunda. La ventaja de este volumen es que ha sido escrito por alguien que participó por su carácter de miembro de la intimidad familiar del magnate. Por supuesto, sin utilizar términos o conceptos  como explosión, Clericracia y dogmocracia, la autora describe los estallidos y puntos de impacto que acompañaron la infancia de su tío y que podrían explicar los principales rasgos de su personalidad.

 La madre del Trump, Mary McLeod, fue una inmigrante escocesa nacida en la villa de Tong, una zona pobre desde la primera guerra mundial, oportunidad en que se debilitó la economía al reclutarse gran cantidad de la población masculina. Hay dos puntos de impacto claros: en principio su viaje a Estados Unidos. Un hecho migratorio, es siempre una explosión brutal. El tener que adaptarse a un nuevo país, el desarraigo, la incertidumbre, la discriminación. Los movimientos migratorios hoy son la explosión básica que afecta a millones de personas; que multiplica los estallidos en forma de explosiones individuales. Es interesante que la mayor parte de la política de Trump se dirija a combatir los inmigrantes, cuando su madre fue una de ellas. El segundo punto de impacto fue su matrimonio con Fred Trump. Dice la autora:

No importaba el éxito de la pareja, tanto Fred como Mary mantenían cierta tensión entre sus aspiraciones y sus instintos. En el caso de Mary, era probablemente el resultado de una niñez marcada por la escasez, si no por la total privación, y en el de Fred, una cautela derivada de la pérdida masiva de vidas, incluyendo la de su padre, durante la gripe española y la Primera Guerra Mundial, así como la incertidumbre económica que su familia había experimentado tras la muerte de su padre. A pesar de los millones de dólares que recibía de Trump Management cada año, Fred no podía resistirse a recoger clavos sin usar o a aplicar ingeniería inversa para obtener un pesticida más barato. A pesar de la facilidad con la que Mary aceptó su nuevo estatus y las ventajas que lo acompañaban, incluyendo la asistencia doméstica, pasaba la mayor parte del tiempo en casa, cosiendo, cocinando y lavando la ropa. Era como si ninguno de los dos pudiera encontrar la manera de reconciliar lo que podían tener y lo que realmente se permitían.

 

Trump, Mary L.. Siempre demasiado y nunca suficiente (Indicios no ficción) (p. 50). Edición de Kindle.

En cuanto a Fred Trump, es decir el padre de Donald, la autora ubica el punto de impacto de la explosión también en las secuelas de la primera guerra, y la muerte de su padre y otros familiares por la gripe española. En el caso de Donald y de su hermano Freddy, padre de la autora, Mary Trump ubica el impacto de la explosión en la hospitalización de la madre de ambos cuando Donald contaba dos años. La mujer por una complicación de su embarazo debió sufrir una histerectomía y estuvo a punto de morir, lo que hizo que estuviera ausente de la atención de los niños durante muchos meses. Esa ausencia, que no podía ser compensada con la presencia carente de contenido afectivo  del padre, habría sido el inicio de una amenaza de aniquilación, de desaparición de la personalidad. En el caso de Freddy, culminaría con el paso de los años en una contradictoria sumisión a los dictados paternos, a trabajar en el imperio inmobiliario que estaban formando y por el otro a buscar fallidamente un camino propio desempeñándose como piloto de aviación. En el curso de ambos proyectos se desarrolló su alcoholismo, lo que llevó a convertirlo en la oveja negra de la familia. Donald, desarrolló por su parte un proceso que la autora se niega a definir en términos de diagnóstico, a pesar de ser ella psicóloga clínica. Aclara que podría tratarse de un trastorno narcisista y de varias patologías más, sólo que se requeriría para la descripción y definición a través de entrevistas y pruebas que serían imposibles de realizar.

Es importante señalar en el caso de Trump que la amenaza de desaparición que provoca la explosión particular, ya se trate de un pueblo o de un individuo, no es un momento preciso y pasajero. Se trata de un estado que permanece durante un tiempo subjetivamente prolongado. Sentir en el cuerpo la inminencia de la aniquilación; de la extinción como parte de una certeza cotidiana. En el análisis del ex presidente,   la infancia y la adolescencia tienen que haber moldeado sus frenias, en su caso Clerifrenia y especialmente dogmofrenia. Esta última es muy importante en el desarrollo de la personalidad trumpiana.




Aparentemente el credo oficial del que hace gala es la religión cristiana, el protestantismo. Hay un discurso del 2016 durante su campaña que está dirigido a las numerosas iglesias evangélicas en Estados Unidos. En el mismo promete brindar a los religiosos un poder sin límites. Del mismo modo, en el curso de su gobierno las referencias confesionales   han llevado a sectores como los latinos creyentes a votarlo, aún en contra de las políticas implementadas en contra de este sector étnico. En realidad la dogmocracia que mantiene su Clericracia no incluye un contenido teológico convencional. Se basa en lo que Ernest Jones llamó “El complejo de dios”. Él mismo se convierte en objeto de culto de una religión laica. Sus mitos de poder, basados en la afirmación insistente de lo que fuera demostrado como un claro error, (El supuesto fraude electoral o la insistencia en la culpabilidad de los acusados que fueron llamados “los cinco de Central Park” y en la que insiste aún cuando se ha  demostrado la inocencia de los reos) requieren una dimensión de fe ciega hacia su figura; él la llama “lealtad”

Hay un punto que la autora no aclara y es que en los hogares de Estados Unidos, especialmente los pertenecientes a las clases medias altas, el afán de lucro, los problemas personales no resueltos, generan personalidades similares a la de Donald Trump. Cabe preguntarse entonces, ¿por qué ellos no han llegado a ocupar importantes lugares de poder? ¿Qué diferencia a Trump de mucha gente que ha sufrido sus mismas frenias? Estamos hablando de convertirse en una figura pública desde hace años, y en la actualidad estar acariciando el sueño de transformarse en un emperador mundial y manejar a su antojo el mundo a través de la influencia que ejercería en otros países.

Las frenias y las cracias, en este caso Clericracia y dogmocracia, tienen varias etapas de desarrollo. La primera es precisamente el paso de la tendencia individual a las estructuras de poder. Cuando un clerifrénico se transforma en clericrático, por lo general su ámbito de actuación se reduce a su familia, a su grupo de amigos o a las instituciones locales en las que pueda participar. Se expresa y domina en lo que Foucault llamaría el “Micropoder”. Cuando la actuación es pública, el sujeto interviene en política y existen en su entorno cultural gran cantidad de personas que son afines con el planteo ideológico. Al aunarse condiciones objetivas para su desarrollo es cuando la Clericracia se convierte en  macropoder. En los ejemplos históricos, este proceso es espontáneo. En el caso de Trump es en gran parte provocado o incentivado con las cuantiosas sumas de dinero que ha invertido en la manipulación a través de redes sociales u otras formas de propaganda masiva.

A veces las anécdotas expresan una realidad que rompe el contesto individual del ejemplo. Durante la campaña de Trump, uno de cuyos principales soportes era el famoso muro destinado a impedir la inmigración ilegal, conocí a un par de jóvenes universitarios: uno de ellos estadounidense y el otro de origen latino. La relación entre ambos  siempre había sido armoniosa, pero en un encuentro casual, el latino y me manifestó que estaba furioso con su compañero. El mismo, influenciado por la retórica de Trump, tomó las cosas de su roommate  y las amontonó en uno de los lados de la habitación. Construyó un muro de cartón lo ubicó entre ambos sectores y escribió en él la frase “Make America Great Again” (Hagamos otra vez grande a América), la consigna de la campaña trumpista. Esto produjo la reacción violenta de su compañero. Quien había levantado el muro virtual insistía en la perversión y las tendencias malsanas de latinos y negros, que se manifestarían inevitablemente en la relación; el otro lo tildaba de racista.  No hubo alternativas de diálogo o reconciliación y terminaron separándose.

Durante la campaña de 2016, muchas personas alegaban que si Donald Trump era millonario, un “self made man”, serviría para sacar adelante el país, como supuestamente lo había hecho con él mismo. Cuando se discutía acerca del origen dudoso de su fortuna, y del tamaño de la deuda que comprometía a la misma, alegaban que era necesaria la astucia para poder enriquecerse. Alguien comparaba a Trump con cierto boxeador que ganaba sus peleas a través de  medios no del todo limpios “Lo importante es que triunfa y es un campeón”, afirmaba.

En Estados Unidos, las  clases medias han llegado a tener un importante pasar, pero temen la explosión que de pronto los prive de sus valores. El estallido, naturalmente puede llegar de los negros o los latinos. La acumulación de armas de alto calibre y la formación de milicias apunta a defenderse de la amenaza; el miedo que sienten es comparable al de la burguesía en la  Alemania   de 1930. Fueron quienes eligieron a Hitler como líder fuerte para combatir las amenazas comunistas.

Este terror a un estallido caótico, a perder todo lo obtenido,  fue estimulado por Trump  en sus discursos: referencia a amenazas constantes y una ampliación de los enemigos o de los objetos fóbicos amenazantes. La exposición se alternaba con la frase “Eso nunca lo permitiremos”, presentándose él mismo como muralla contra el caos. Muchos norteamericanos blancos, demonizan al negro como etnia y se espantan acerca de su participación en los puestos de poder desde el final de la guerra civil. Aún hoy existe la convicción que son ignorantes, holgazanes, lujuriosos, etc. Trump aumentó el objeto fóbico al incluir en el mismo los latinos y en general los extranjeros. El pueblo necesita algo que temer y que odiar. El subtítulo del libro de Mary Trump es  Cómo mi familia creó el hombre más peligroso del mundo”. En otros términos, la brutal explosión familiar que acuñó la personalidad de Trump se multiplicó indefinidamente cuando el mismo pasó a ser presidente, es decir al disponer del poder más importante en el planeta. Las explosiones se multiplicaron hacia la frontera, hacia los inmigrantes que procuraban entrar y eran hacinados en campos de concentración; a los países de Europa y de América Latina donde a través de sus asesores, en especial de Steve Bannon, promovían regímenes de extrema derecha y se planificaban golpes de estado. Otra ley de las explosiones es que se reproducen y multiplican cuando pasan de la esfera individual al poder sobre un colectivo afín al líder. La intención de Trump consiste en convertir al mundo en un enorme  campo minado. Steve Bannon, cuya postura completa la dogmocracia trumpiana, es un fanático seguidor de los pensadores belicistas William Strauss y Neil Howe, y procura desatar una guerra de las dimensiones de un Armagedón, la que dará el poder definitivo a Donald Trump.

 

 


 

2) Hacia  una lectura chamánica de la Biblia

El segundo ejemplo de la formación de una Clericracia y una dogmocracia, trasciende el plano personal y afecta a un pueblo. Hablo de la primera destrucción del templo de Jerusalén  en el año 586 a.e.c. por Nabucodonosor II; unos años después en el reinado de Darío se permitió que los judíos volvieran a su tierra. Reconstruyeron el templo, pero a partir de allí emergió  la cosmovisión  que se conoce como  tradición sacerdotal: Jerusalén se rodea de una muralla, y  toda la cultura adquiere una forma dogmática. Es de esta época cuando se vincula el sexo al pecado y se persiguen las formas chamánicas de la civilización judía.

Es necesaria una interpretación chamánica de la Biblia. En ese camino se encuentra “El Libro del Génesis liberado” de Irene Vallejo, quien quita al texto bíblico todo encuadre confesional y se centra en la estética.

Hay varias historias en la tradición bíblica que ha llegado a nosotros, con gran contenido chamánico. Me limitaré a la mención de unas pocas.

La primera se refiere a las dos creaciones descriptas en el Génesis. En la primera, el texto ubica al hombre en un punto central y los demás elementos del mundo en círculos concéntricos a su propio nivel. El ser humano es andrógino, ya que la mujer no había sido retirada de su interior. No se registra una jerarquía vertical sobre los demás seres así como tampoco mandatos. Esta creación tiene claras características chamánicas. La segunda, describe al hombre   en el vértice de una pirámide y los demás seres debajo en orden jerárquico; el ser humano deja de ser andrógino, ya que la mujer es retirada de sí y es sometido a un mandato. Este sería el primer texto de una alianza con la versión cruel de la divinidad. Al desobedecer la orden el hombre y la mujer son expulsados del paraíso, entendiendo el mismo como una unión  inmediata y profunda con  su entorno natural. Esta versión por supuesto, es la sacerdotal con grandes componentes clericráticos.



Las figuras de José, el adivino por un lado, quien permitió al pueblo judío permanecer en Egipto y de Moisés por el otro, quien habría guiado uno de los más importantes éxodos de los hebreos  ,  tienen características chamánicas. José en el que se resaltan sus artes adivinatorias y Moisés que ha vivido treinta años en el desierto, uniéndose al entorno hostil, conociendo no sólo los recursos naturales que le permitirían a su pueblo alimentarse durante la travesía, sino las entidades que podrían servirles al ser invocadas. Una de ellas por supuesto es Yahvéh: su extremo poder los obliga a llevarlo en el recinto especial del arca. Entidades preternaturales que son propias de los chamanes: necesitan recurrir a ellas para poder avanzar en los mundos que deben recorrer y lograr de ese modo expresar el carácter fasto del entorno que los rodea.

Volviendo al llamado cautiverio del pueblo judío en Babilonia, en esa época se pone por escrito el texto bíblico que hasta el momento en su gran mayoría, formaba parte de la tradición oral. Los escribas contaron con muy poco tiempo para establecer las diferencias entre el canon y los textos apócrifos, y de ellos surgió  la Biblia hasta llegar a  su versión actual. Mientras realizaban esta tarea, cantidad de judíos morían a manos de los medo persas. Era frecuente en ese tipo de apropiaciones matar a las embarazadas y a los fetos clavando una pica en el vientre. Según algunas teorías es en esta época cuando se funda el carácter matrilineal del judaísmo, ya que se establecía el carácter judío  de los hijos de las mujeres que parían luego de haber sido violadas.

Con el paso del tiempo, los hebreos en el exilio se destacaron por su capacidad y luego de la muerte de Nabucodonosor, los reyes sucesivos les permitieron volver a sus territorios

Ya en el poder Artajerjes, el rey designó a Nehemías su copero como gobernador de Jerusalén. El mismo viajó a la ciudad y lo primero que hizo fue reparar y completar la muralla que la rodeaba. Al parecer trató de solucionar problemas como el  de los matrimonios mixtos, en un contexto de pureza de las costumbres, propio de la Clericracia. 

Lo que surge de aquí y que se repite en cantidad de casos en la historia, es que cuando un pueblo sufre la explosión y sobrevive, su cultura se endurece. Se rodea de murallas y un grupo de clérigos se hace con el poder. Las estructuras míticas se convierten en dogmas y dictan los principios del poder. Lo sexual, las artes adivinatorias y todo lo que en la cultura había surgido como elementos propios, originarios, son fuertemente reglamentados o  prohibidos y perseguidos. La nueva expresión de la cultura supérstite luego de la explosión pretende ser la original cuando en realidad se trata de una expresión externa en la que falta la esencia. Las manifestaciones chamánicas deben retirarse a la clandestinidad y desde allí mantener como pueden las expresiones auténticas de la cosmovisión.

En el caso del judaísmo, a partir de la destrucción del templo y de la tradición sacerdotal,  lo chamánico se refugió en la Cábala.

 

Dogmocracia y Clericracia son los derivados: la primera convierte elementos míticos de la cultura original en dogmas, es decir verdades supuestamente irrefutables que establecen una muralla de tipo moral y requieren de otros pueblos como enemigos. Ya sean chivos expiatorios, traidores, adversarios o aquellos que su sola presencia pueda traer la desgracia. Los clérigos se levantan como los elegidos, como aquellos a las que les ha sido encomendada la redención; redención que casi siempre se ubica en un futuro, en un tiempo feérico. Entonces la civilización que estuviera a punto de extinguirse, se erige en protagonista y ejecutora de nuevas explosiones. Con el tiempo encarará también guerras de conquista y tenderá a construir un imperio. El miedo luego de la experiencia de lo sufrido es el motor principal que la mueve; el miedo a que se repita un ataque brutal contra sus fundamentos del cual no podrían emerger.

 

 


En la cultura judía, la  tradición sacerdotal es reconocible por las listas repetitivas, por las largas y laboriosas interrupciones de la narrativa, las descripciones frías y sin emoción y, en general, por una calidad literaria más bien pobre. La tradición sacerdotal se refiere a Dios en los términos de Elohim o El Shaddai, y es tratado como un ser trascendental y distante, que se comunica a través de los sacerdotes, en contraposición a los documentos de la tradición yahvista.

En la tradición sacerdotal Dios es justo, pero también es despiadado y brutal y aplica severos castigos cuando se violan las leyes, como la masacre de las 12 000 personas en una plaga, por la única razón de haber expresado sus quejas. También es considerada su estilo, por la mayoría de los investigadores, muy poco elegante y la mayoría piensa que, como consecuencia, se puede reconocer un texto de la tradición sacerdotal a primera vista.

 

La Biblia tal como llega hasta nosotros, es un instrumento sacerdotal, armado para ejercer un poder despótico como ya lo ha demostrado a lo largo de la historia. No sólo su contenido es el que inspira el ejercicio tiránico; en el relato mítico de la aprehensión de Atahualpa, según la versión de Rodolfo Kusch, Pizarro y el sacerdote Valverde entrevistan al emperador incaico. El ministro le alcanza una Biblia; el indio la toma, la observa, la frota contra su piel, la prueba con la lengua y finalmente la coloca en sus oídos. De inmediato la devuelve al cura, pronunciando una frase en quechua cuya traducción sería “esto no me dice nada”. Interpretando el gesto como una ofensa al libro santo, Pizarro da la orden y los soldados apostados aprehenden a Atahualpa. El mismo pretende pagar su cautiverio con dos cuartos repletos de oro, pero los conquistadores se niegan y  terminan asesinándolo para obtener la totalidad de la riqueza del llamado Alto Perú.

 

 

3) Los imperios “chamánicos”

 

 

Hay algunos casos en la historia en los que un evento chamánico, es decir la aparición de un profeta, un avatar o un sujeto con cualidades extraordinarias, desarrolla una cosmovisión propia, la que es tomada por parte de un pueblo para fundar un nuevo enfoque del universo. Estos movimientos no aspiran a ejercer un poder concreto. No pretenden disponer de la maquinaria del estado o protagonizar hechos bélicos. Se trata de generar una toma de conciencia: durante la permanencia del avatar, del dios (o héroe civilizador según  la arqueología), hay una cesión de poder a su figura y al retirarse el mismo, este poder regresa al pueblo.

En el momento del llamado Cautiverio de Babilonia, Persia, es decir el imperio que destruyó el templo y procedió a la aprehensión de los judíos, practicaba el mazdeísmo, la religión   fundada por Zarathustra o Zoroastro, de quien se conocen muy pocos elementos concretos. El mazdeísmo, tal como ha llegado hasta nosotros y como actualmente se practica en algunas regiones de oriente, configura una cosmovisión chamánica: el culto al fuego y a la luz, la presencia en sus rituales de todos los elementos de la naturaleza y el respeto a cualquier forma de vida. Influyó en los judíos sometidos, ya que la presencia de seres angélicos, la inmortalidad del alma o el juicio final, están modelados de acuerdo con influencias de esta cosmovisión. Es de suponer que en su origen lo elaborado por Zoroastro no pretendía ser la base de un sistema imperial. El proceso se produjo por la influencia sobre todos los sectores del pueblo y la necesidad de una casta clericrática de establecer una dogmocracia que responda a los requerimientos de las masas. Esto hace que se tomen las ideas originales del fundador y se las convierta en religión de estado, lo que por supuesto desvirtúa el sentido original.

Otro proceso similar se produce entre los mayas de Palenque con la dinastía del Rey Pakal, quien vivió aproximadamente en la misma época en la que se produjo el cautiverio de Babilonia. Pakal, en los testimonios que se han recogido, dominaba un imperio cuya cosmovisión también tenía elementos chamánicos. Como en el caso de Persia y el mazdeísmo, el chamanismo siempre está divorciado de los imperios. La muerte de Pakal implica un viaje del rey a través de un psicoducto encargado de trasportar lo que podríamos definir como su alma. Algunos arqueólogos se refieren a él como un Rey Chamán, lo que sería contradictorio. La cantidad de sirvientes y de esposas sacrificados en ocasión de su muerte, no tienen que ver con una postura chamánica tradicional. Es de suponer que, como en el resto de los casos, se tomara la cosmovisión popular y se la extrapolara en la figura del rey con fines de poder




 

Del mismo modo, le llegada de Jesús, así como la formación y la consolidación de la iglesia siguieron similares procesos. Surgido en la región más periférica del imperio, Jesús pretendió generar un movimiento chamánico al margen de toda forma imperial  . Sin embargo, luego de su muerte y en medio del martirio de sus seguidores, los cristianos de Roma, ansiosos de poder, lucharon para que fuera reconocido como un dios del panteón. A tal fin establecieron una Clericracia y una dogmocracia que se ampliaron y complejizaron con el paso de los años, hasta reemplazar el mensaje original, proteico y altamente maleable, con una estructura rígida, basada en  conceptos fijos y anatemas para quienes no participen de ellos. Superando las primeras expectativas,   en el año 325 Constantino declara al cristianismo religión del imperio. De este modo, un potente mensaje chamánico, destinado a servir de camino individual para las diferentes búsquedas espirituales, se transforma en una religión de estado, con rigurosas jerarquías y una casta que detenta todo el poder.

La Reforma de Lutero, hubiera sido una oportunidad para la revivificación y puesta en marcha de un chamanismo cristiano adecuado a sus orígenes. Sin embargo, mantuvo intacta la dogmocracia y la Clericracia, hasta el punto de que en la actualidad las formas protestantes de cristianismo son inspiradoras de regímenes más rígidos y feroces que los motivados por la propia iglesia católica.

En relación a los cristianos de las primeras épocas, destaco a  los que se han dado en llamar Gnósticos, y que la apologética primero y luego la historia eclesiástica han considerado una suerte de secta. En realidad formaban  grupos dispersos con un enorme andamiaje mítico, que tenían su origen en las enseñanzas de Jesús. Se agrupaban en escuelas con contenido variado, tratando de expresar la diversidad del mensaje. Este detalle hizo que fueran combatidas, ya que esta manifestación era inaceptable para los romanos, que exigían una doctrina precisa vinculada a una antigüedad innegable. Un elemento común de las escuelas gnósticas era que cuando uno de los miembros alcanzaba  un punto importante en el desarrollo interior, se lo consideraba capaz de escribir su propio Evangelio, tomando como base  una de las figuras de la pasión de Jesús.  Los Evangelios canónicos, que se establecen coincidiendo con el papel hegemónico de la nueva religión, fueron versiones que correspondían a un esquema sacerdotal. En especial porque provenían de gente letrada: un helenista, un recaudador de impuestos, etc. En ellos se procuraba entroncar el mensaje de Jesús con el de la antigüedad judía, lo que le brindaba una densidad histórica anclada en el pasado que era requerida y muy bien vista por los romanos. Descubrimientos arqueológicos actuales como los papiros de Nag Hamadi establecen que la realidad era muy diferente. El mensaje original de Jesús nunca apuntó a esquemas de poder, a murallas, sino que precisamente las combatía.

Volviendo a la muerte del fundador de la religión, si ubicamos el impacto de la explosión en la misma, en los tres siglos siguientes se destaca la persecución y el martirio de cantidad de seguidores. La muerte de los miembros que participan de la cosmovisión es el requisito para llevar adelante la Clericracia y constituir una dogmocracia. Siglos después bajo una iglesia poderosa, surgió la ciencia. En un principio la misma tenía un sentido mítico y chamánico, que se conserva en pensadores como Swedenborg y que llega hasta Nicola Tessla. Es este contexto mítico de la ciencia el que describe Lady W. Shelley en su cuento “Frankenstein”. Sin embargo, la persecución de los científicos, muchos de los cuales fueron obligados a retractarse o condenados a la hoguera por la inquisición, generaron el cientificismo: la versión clericrática y dogmocrática de la ciencia. Este es un tema crítico sobre el que volveré con una explicación más detallada, ya que la información incompleta puede despertar debates estériles. En el mismo orden está la existencia o la no existencia de Dios.

 

Como conclusiones: tanto a nivel individual como colectivo, es necesario un período en que el sujeto o el pueblo en cuestión se sientan en el borde de la extinción. La presencia de  mártires producidos por la civilización detonante, genera esa sensación de catástrofe. En caso que la cultura original retome su poder, es cuando se pasa de la frenia a la cracia, es decir que todo lo que era mítico y fluido en la cosmovisión, se convierte en rígido. Los sacerdotes o clérigos elaboran una cultura vertical y destruyen el mito hasta convertirlo en dogma. Hay intolerancia, discriminación, actitud defensiva ante el extranjero o lo desconocido y con el tiempo se forma un nuevo imperio que será protagonista de nuevas explosiones.

 



Gocho Versolari



04 Donald Trump y otras yerbas - Ejemplos de Clericracia y Dogmocracia.

19/12/2021 2112190069908

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SEXO INICIÁTICO Primera Parte   01 El Aspecto Tenebroso del Sexo. En varios artículos hice referencia a los dos pilares de la vida espiritual: el sexo y el alimento. El primero   es la base y el elemento constitutivo de todo lo esotérico, mientras que el segundo configura el soporte de todo exoterismo.  En cuanto al erotismo, que es el tema del artículo, incluye desde las“Orgías” que constituyen la expresión de los grandes misterios, hasta las diferentes prácticas de sexualidad, cada una de ellas con un correspondiente correlato de avances espirituales. Glosando la expresión de Évola, se diría que no hay un solo tigre que cabalgue el espíritu, sino que existen tantos tigres como tendencias sexuales individuales; tantos tigres como hombres o mujeres dispersos en el planeta. La historia de Tamar (Gn 38:11 y ss), sugiere que los hebreos respetaban e incluso adoptaban costumbres cananeas; que consideraban el sexo como vinculado al desarrollo espiritual. En este marco, la prostituta era una

05 - Explosiones, murallas, contraexplosiones - Intimidad del arte.

  El arte, más que la ciencia, es la forma primaria en que el ser humano se une con la realidad. En este desarrollo, también me encuentro con exceso de material. -          Antes que nada, he realizado por separado una publicación basada en varios trabajos escritos hace un par de años, que procuraban ser consejos prácticos para los artistas. (Manual de supervivencia del artista) En este artículo trataré de desarrollar los principios teóricos del arte. -          Por razones de extensión hay todo un tema que está relacionado con el arte y el caos y las comunidades de artistas como formas de sociedad alternativa al que desarrollaré más adelante.    El Arte de las murallas     Para comprender el proceso del arte, voy a recapitular la dinámica de las explosiones. Todos nacemos inmersos en una explosión. Deberíamos poder identificar la misma, tanto en su vertiente individual como en los elementos familiares, sociales, políticos que la acompañan. 1)       La